Tuesday, February 22, 2005

OCHO CUARENTA Y SEIS DE LA MAÑANA

Llevo dia y medio sin fumar (y no es por falta de ganas, si no de cigarros; mi marca no la encuentro!!!). Para el interesado: fumo Camel normalitos o Marlboro azules... pero como estos dias el azul no cabe en mi vida (por aquello de "ai don guan tu fil blu", que deberia ser en ingles correcto pero como Annel es una ignota y apenas y lee castellano, pues pongo la pronunciacion, el significado me da hueva), pues solo fumo Camels. Mi café de las 5 y media me lo pide. Mi café de las 7 y cuarto lo demanda. Y mi sueño de las ocho cuarenta y seis de la mañana, lo exige. En fin, que a punto estaba de quitarme la vida, pensando que no volvería a ver el precioso camello pornográfico (si saben esa leyenda, cierto?... si no sólo hablo como idiota...), había preparado mi cadalso personal, mi patíbulo privado y en esas estaba cuando, zas!, debajo de la consola de producción lo miré de reojo. Ahí, tiradito, solito, con su franjita color mostaza y su inconfundible dibujito café, me miraba. Me rogaba "tómame". Yo dije: "no por que ya te besó el diablo... ¡que demonios!, claro que te tomo, ven pa'aca!!" y sin mas miramientos, me lo fumé. Claro, que entre Patraña que le hace al desarrapado y Reynita de la Radio que finge demencia, me la van a rayar en cuanto huelan el aroma que he esparcido por toda la Explosiva Radio Capital. Mmmmh. Dijera el papá de Mafalda: "un rubio excelente" y en cuanto el Patraña abre su trompota "Y aqui es donde todo deja de ser como en los anuncios..."