Saturday, February 19, 2005

La Calma

Es pero bien curioso. Soy tan, pero tan desconfiado que me la he pasado buscando alguna falla en esta nueva etapa de mi vida. No encuentro nada. Ya sé, ya sé. Si ella me hubiera dicho hace, que será, unos dos años, eso de que le gustan las telenovelas, hubiera yo salido corriendo y jamás me hubiera desaparecido. Pero hoy no. No me molesta. En absoluto. Y eso me quiere decir varias cosas: o estoy demasiado desesperado, soy más apático de lo que yo creía, soy muy tolerante o estoy demasiado a gusto. Creo que es una muy buena mezcla de esto último. Es sábado. Ni los Jones, Norah e Indiana, pudieron alejarme de escribir. Casi me acabo de levantar de la cama. Dormí hasta tarde (7 y media de la mañana es tarde, considerando que me levanto diario a las 5) y el primer msj en el celular es de ella. ¡Gracias, Peke!. Y ahora tengo ganas de escribir mucho, mucho, mucho.

La Vieja Rutina

Recordaba mis sábados de antes. Levantarme exageradamente tarde (10 u 11 de la mañana), ver caricaturas hasta las dos o tres de la tarde, comer un par de tazones de cereal (uno con leche y uno sin leche… costumbres raras, lo sé, pero el día que botaneen con unas Zucaritas sin leche, sabrán de lo que hablo), luego ponerme a leer mis cómics atrasados y por la tarde. Después fue irme a Cuernavaca, pasarla bien un rato y mal el otro. Tiempo después fue provocarme úlceras y matar mi vida social convirtiéndome en adicto al trabajo. Después fue tratar de revivir mi vida social pero ahora TENÍA que trabajar para sobrevivir. Ahora, reviso mi fin de semana. Es MÍO. Me levanto tarde, repaso las cosas de la semana con mi familia, si estuviera la Peke aquí, aunque sea a ver los payasos del centro la sacaba (hoy fue una excepción pues estoy aprendiendo como manejar… dice Abe, mi padre, que necesito saber… le creo pues entre mis superpoderes aún no aparece el de volar… ¿y que tal que como superhéroe algún día tengo mi bati-móvil?), ahora reviso mis mails, la música que tengo en la iMac (pobre, ya tiene una décima parte… está gordita la condenada), escribo un par de blogs (casi siempre los del sábado y los del domingo)… y me río en exceso de lo simple que es mi vida y de lo mucho que disfruto que sea así.

Una vez le decía yo a Kate que la vida es simple; somos nosotros quiénes la complicamos. Desde que la Amazona de la Tinta desapareció de mis cuadernos, para mí ha sido así. Sólo puede haber dos tonos; blanco o negro. Si el día es malo, estaré con el cielo negro, si es bueno, será blanco brillante.