Saturday, November 27, 2004

Mil perdones

Quise hacer todo lo posible para ir y estar contigo, para verte, para escucharte. Pero no pude. Mil razones se me interponen. Pero la verdad es que la principal, la casi única es que no podría soportar la idea de decirte adiós. Me rompiste el corazón dos veces y no pude soportar la tercera tan estoicamente como hubiera querido. No pude poner la misma cara de que everything it’s fine, de que no pasa nada, de que mis lágrimas son de pura felicidad por verte dar un paso tan importante. Te amo. Siempre te amaré y trataré de no estar demasiado lejos para ti. Por eso acepté irme al maldito curso a Morelia, por eso dije “sí” cuándo me dijeron la fecha. Colgué de nuevo mi traje a que se arrugara más. Perdóname. Una y mil veces perdóname. Además, yo sé que en tu vida tal vez soy importante pero no indispensable, que soy tu mejor amigo… pero nunca tu amante. Morenita de mi alma, nunca sabrás las tonterías que pasaron por mi mente por tu causa, nunca sabrás el esfuerzo que tuve que hacer cada que nos despedíamos para no llenarte de besos, de abrazos y hasta de caricias comprometedoras… nunca sabrás lo mucho que te adoro y lo mucho que me dolió que me dijeras “sólo amigos”. Y nunca sabrás lo que nos dolió –a mi y a mi corazón- enterrar todo lo que sentimos por ti, callarlo, no poder decírselo a nadie que te conociera… hasta que creí que era el momento correcto para que lo supieras… que no fue ni correcto siquiera.

Kathya, tienes razón, las cosas se tienen que intentar de otra manera. Somos siete mil millones de personas en la Tierra y ella no era la correcta para mí. Ella no me quiere –al menos como yo quisiera…- ¿Qué pasa conmigo, que muchas no pueden ver en mí al hombre y sólo ven al amigo? Quiero decir, es genial que me consideren una parte así de sus vidas. Y hoy, mi querida Citlalic (sí, Maharba, tenías razón… ¿Por qué seré tan transparente?), te digo adiós de la única manera en que sé: escondiendo todo lo que pasa en mí, hasta mis sentimientos.

Caminamos juntos ¿cuántas veces?
¿Cien, mil, dos mil veces?
Y nunca pudiste ver más allá de mi envoltorio,
Esa capa idiota que me ponía para que nadie me jodiera
Pero que para ti siempre estuvo abierta.

Descubriéndote me descubrí,
Intentando abrirte, terminé abierto yo
Mirando tus ojos me hundí en tu abismo
Y hoy, me quedé colgado, abandonado en el borde
No es tu culpa, como siempre, es sólo mía.

Anda, sigue adelante, no me pidas que te siga
Que bien sabes que siempre trataré de ir
Aunque sea dos pasos detrás
Para intentar detenerte si te caes,
Para tratar de impedir que te jodan
Para ver si en la oscuridad te confundes y
Me ves como a un hombre

Como al hombre que te amó,
Como a quién más te adoro
Como al que nunca te verá despertar
Ni mucho menos dormir
Como al que extraña tus palabras
Como al que le gustaba escucharte
Para luego mal hablarte

Cuídate, cuídalo, cuídense
Llévate mis bendiciones
Mi cariño y mis recuerdos
Y recuerda que tu casa siempre estará
Exactamente en medio de mi pecho
Justo al lado de mi corazón.

Y de nuevo, te pido mil perdones, por no estar contigo, por no ayudarte a empujar tu barca en esta nueva aventura. Pero… pensándolo bien… no me necesitas, lo tienes a él que también te ama, que ha decidido dedicar su vida a darte todo, a ponerse a tus pies y a hacerte feliz (por su propio bien, así lo espero).

Citlalic: Te Quiero Mucho,
Con todo el cariño y todo el dolor de mi corazón,
Roberto.

Friday, November 26, 2004

Primera Fila

¿Cuántas veces has entrado al calabozo para tratar de hacer las paces con los días que estuviste en el calabozo? ¿Cuántas veces te has perdonado a ti mismo por joderte a ti mismo? ¿Cuántas veces no has deseado poder olvidar todo lo malo y recordar sólo lo bueno?

Esos son los esqueletos en el clóset, las mentiras que te has dicho a ti mismo (“mañana cambio, mañana seré mejor”), las mentiras que les dices a los demás (“no, estoy bien, de verdad, lloro por que me aprietan los zapatos”) y la faceta que pones al exterior, donde, a pesar de estar medio destrozado por dentro, sigues caminando como si nada (ya sabes, “walk like a man, talk like a man, my son”). Y sólo en la oscuridad, en la soledad de tu habitación, por las noches cuándo absolutamente nadie te mira, destapas la cloaca y a veces te felicitas por guardar tan bien todo eso y a veces te maldices por almacenar todo lo mismo. A veces esos secretos te estallan en la cara cuándo menos lo esperas, dejandote noqueado. Yo solía decir, en mis relaciones previas, que no deberías dejar secretos enterrados precisamente por eso, por lo del estallido en la cara. Pero muy poco tiempo pasó para que aprendiera que es igual de riesgoso decir toda la verdad sin cubrir nada. “No preguntes lo que no quieres escuchar”, tal cuál le dicen Silent Bob y Jay a Ben Affleck en Chasing Amy, una de mis películas favoritas.

Por eso, aquí, ahora, te lo digo. Me arrepiento de no haberte dicho “te quiero” lo suficiente como para que vieras que no era el calor del tequila ni la calentura de verte muuuuy seguido (más de lo que hubiera querido) en tangas y brassieres, me arrepiento de no haberte podido abrir los ojos para que vieras más allá de mi costra, de mi cascarón, de mi coraza. Me arrepiento de no haber sujetado tu brazo e impedido que dijeras “sí, quiero ser tu novia” las dos veces que lo hiciste en mi cara, me arrepiento de no haberte insistido para que te dieras cuenta de cuando te ponían los cuernos y tú no me creías por que creías que sólo te lo decía para que te quedaras conmigo. Me arrepiento de haber sido sólo tu amigo y de haberte perdido para siempre, me arrepiento de aquel beso que se quedó flotando en el aire la última vez que estuvimos solos. Me arrepiento de haberme puesto nervioso cada vez que te metías a bañar y yo me quedaba esperándote y tú, desvergonzada, salías en toalla y me hacías voltearme unos milímetros para vestirte sin que te viera pero me dejabas ver de más “por que al fin que eres tú” (¿te acuerdas?, hasta este día odio esa frase). Me arrepiento de no tomar tu mano más seguido, de no hacerte sentir lo especial que eres para mí, de no demostrarte lo mucho que vales en mi mercado, de no hacerte sentir única, como ninguna en mi vida… me arrepiento de no haber sido tuyo y no haberte hecho mía.

Como lo expliqué antes, Te Amo. Pero soy realista; no podemos estar juntos y nuestros destinos son distintos. Así que no te extrañe si mañana vuelves y yo estoy con alguien más. Tengo demasiado para dar y encontraré a alguien que le guste lo que ve y lo aprecie y lo disfrute. El mundo tiene que seguir girando y ya me cansé de creer que se detiene cuándo queremos. Por eso te perdí y por eso me perdí. Adiós, morena mía, y que seas siempre muy feliz.

PD: Por supuesto que a pesar de todo, cuentas conmigo, que no te puedo sacar de mi vida como quién saca una mano por la ventana y que siempre serás la paloma que se me peló. Te Quiero Mucho y Suerte en Esta Aventura en la que no te puedo acompañar más que de lejitos.

Thursday, November 25, 2004

Y ahora que sigue? Para mí, que sigue?

Y cuando cada paso que das no hace si no llevarte al mismo lugar, una y otra y otra y otra vez, ¿qué?, y cuándo cada beso no significa ya nada, ¿qué? Cuándo hasta lo más dulce te sabe amargo, es hora de dar ese paso que tanto temes, es hora de hacer lo que hace mucho que no te atreves por mil y un razones. Es brincar y no preocuparte de donde vas a caer o de la altura, si no de cómo levantarte. Por eso es bueno brincar con los ojos cerrados y gritando a todo pulmón. Y eso es lo que precisamente ahora quisiera hacer: dejar de sentir esta presión en mi pecho, este hueco por dentro, este nudo en mi cabeza y estas ganas de llorar a moco tendido, saltar y no preocuparme de nada, caer y olvidarme de todo, levantarme en otro lugar, con mi misma piel pero diferentes caras. Quisiera poder dormir hasta tarde, quisiera poder platicar más con mi padre, quisiera hablar más con mi hermana, quisiera saber más de mi madre. Quisiera tener un sábado para ellos, sin nadie en medio, sin ningún mañana. Quisiera poder estar cerca de ti, Kathya, más cerca de ti, Maharba y muy lejos de ti, Citlalic. Quisiera tener 6 años y no saber que es el dinero ni las preocupaciones por no tenerlo, quisiera tener 8 años y que lo más emocionante de mi día fuera poder ver las caricaturas de la tarde, que mi mejor momento fuera ver a aquella niña que tanto me gustaba, que mi mayor alegría fuera cerrar el maldito cuaderno de las tareas. Quisiera ser alguien más y mirarme por fuera para ver que está mal en mí. Quisiera haber dicho más cosas y hecho menos, quisiera haber hablado más poco y escuchado mucho más, quisiera haber dado más besos y hacer más el amor y discutir menos por celos, comer más de mis comidas favoritas, beber más agua de tamarindo y de jamaica, tener todos mis muñecos de la Guerra de las Galaxias intactos, mis revistas de historietas guardadas donde sólo yo sabía. Quisiera ver más tus ojos y menos tu escote, quisiera tener tus labios pegados a los míos y que sientas que no quieres que se acabe ese momento. Quisiera tener 16 años y volver a compartir mis tortas de queso de puerco con Ed, comiendo en los jardines del CBTis, quedarnos dormidos enfrente de la dirección y que nos cachara el prefecto, quisiera ir de campamento de nuevo y volver a hacer el “siempre listos” donde se nos “cayó” Nacho y tú, maldito Ed, me hiciste reír y echaste a perder el drama, donde tú, Transis, despertaste a todos y el jefe de tropa me culpó a mí (y desde entonces me odia), quisiera volver a comer la comida de doña Marina, que siempre tenía un lugar en la mesa por si llegaban los amigotes de sus hijos, quisiera que sus novias, muchachos, me volvieran a llamar “mala influencia”. Quisiera que volviéramos a ser mejores amigos, Paco, que volvieras a confiar en mí (después de todo, ese hueco que existe entre nosotros, fue tu culpa, amigo y tú me sacaste a empellones de tu vida), quisiera que fuéramos a los videojuegos, Chava, que volviéramos a comprar cien pesos de fichas y perdiéramos horas y horas, como idiotas frente a los aparatos aquellos. Quisiera volver a hacer “Estudiantes 1050” y cabulear al micrófono, quisiera tener de nuevo el poder de la cabina de transmisión, poder sentir que te llamen cientos de gentes que te quieren decir algo. Quisiera volver a entrar a la Facultad (pero, te lo juro, ya no me enamoraría de ti, Amazona de la Tinta, y mucho menos de ti, Citlalic) y quisiera volver a tener el mundo entre mis manos y jugar con él a destrozarlo. Quisiera volver a ver la Caída del Muro de Berlín, quisiera volver a esa calle dónde Jacobo anunciaba “es oficial, hace unas horas comenzó la Tormenta del Desierto” y meses después anunciando de nuevo “la victoria es de los aliados, Saddam ha sido derrotado”. Quisiera volver a caminar por los pasillos de mis viejas secundarias, aquella donde fui víctima y aquella donde fui un héroe. Quisiera poder verme de nuevo en el espejo y descubrirme, medio guapo y medio tonto, quisiera volver a tener aquella melena que tanto me gustaba y que tanto les gustaba. Quisiera ver las estrellas sin preocuparme por que tengo que dormir para levantarme temprano mañana, quisiera ver a mi padre y no sentir preocupación por lo que a él le preocupa, quisiera poder jugar más con mis gatas, quisiera ver más tele, quisiera oír más música, quisiera leer; más libros, más comics... más mails de mis amigos. Quisiera estar con ellos, quisiera que mañana nunca llegara y sólo vivir hoy, quisiera ser como siempre he querido ser y no he podido, quisiera volver a verte, Tony, quisiera que me perdonaras, Pilar, quisiera que nunca te hubieras ido, Edith, quisiera no haberte fallado, Bárbara, quisiera haber sido "él" para tí, Citi, quisiera que me miraras diferente, Maharba y que estuvieras conmigo, quisiera que no pelearamos, hermana, quisiera que nunca te hubiera conocido, maldita Amazona de la Tinta, quisiera verte en vivo de nuevo, Sting.

Quisiera soñar con las cosas que me gustan.

Quisiera volver a ser yo.

Saturday, November 20, 2004

Los Beneficios de Bajar de Peso

Los que no me conocen físicamente no sabrán que hablo pero al fin dejé de ser “la gorda”. Así es. Entre mis amigos existe la costumbre de ponernos apodos (como por ejemplo, Paco es “la flaca”, David “el Davico”, Chava “Miss Namibia”, Transis… bueno, en realidad es Amado pero le llamamos Transis por “transistor”, Transis es “el chillón” y así. Obvias las razones de mi apodo, los demás, en formato femenino surgieron por esa creencia que mucha gente ha desarrollado de que, por ser treintones y solteros, somos gays. Jotos, maricas, pues. Pero para nada. Así, entre los viajes que hemos realizado, siempre nos sucede: “uhh, me tocó dormir con la flaca, no esta negra, patea mucho y ronca como camión”. Pues sí, yo era “la gorda”. Pero más bien, “LA GORDA”. Mido 1.73 aprox. Y llegué a pesar cerca de los 100 kilos. Entre otras causas estaban el trabajar sentado todo el tiempo, el tener una dieta ultra-desequilibrada (así es, niños, los tacos de barbacoa no son parte esencial de un buen desayuno ni mucho menos las gordas de frijol o las pellizcadas de huevo y chicharrón, acompañados con 70 litros de coca-colas). Pero ahora, parece que el actual trabajo, mi enfermedad renal y las decepciones de estar solo, lograron lo que años de dietas no. Hacerme bajar 12 kilos de un jalón. Sí, lo sé, aún me falta 15 más, pero lo importante es que casi llevo la mitad de mi sobrepeso perdido. Y esto ha desatado una serie de afortunados eventos que tenía años que no veía en mí persona y sus alrededores. Como por ejemplo, poder entrar en un pantalón talla 34 sin pujar ni retorcerme ni andar sudando ni con la respiración entrecortada o traer un playera que no se adhiera al cuerpo de tal manera que parezca yo costal de papas. Soy feliz bajando de peso!!! Y la verdad, me veo mas guapo...

Who We Are, Who Are We?

¿Cómo puede cambiar tanto la vida de alguien en tan poco tiempo?, ¿Cómo podemos permitir que nuestra manera de ser varíe tan drásticamente de un minuto al otro?, ¿Cómo podemos perder lo que tanto nos gusta por eso, que llamamos vida?

De verdad que el reencuentro con mi amigo Nacho me dejó pensando profundamente en esto, pues nosotros permitimos que el tiempo nos llevara por caminos muy diferentes, que hiciera de nuestras respectivas vidas un cuento totalmente distinto al que teníamos planeado y, al menos yo, tengo la conciencia en paz con ese respecto pues por más que intenté que nos juntáramos todos de nuevo, nada más no pude. Esto me recuerda la frase de Stephen King al terminar “Stand By Me”: “Nunca volví a tener amigos como los que tuve a los doce años… ¿habrá alguien que los tenga?”.

My New Deep

Dicen que siempre hay que tener un plan de rescate o de emergencia en caso de que las cosas no salgan como lo deseas, que nunca debes esperar a que las situaciones surjan por sí solas, que tú debes provocarlas. Pues bien, permítanme decirles. Estoy trabajando en ello. He bajado casi doce kilos en poco más de seis meses (¿mi secreto?, enfermarme del riñón y renunciar la fabulosa Coca-Cola… ¡Necesito una con urgencia!), he cambiado de look (que incluye, por supuesto, mi secreto sansoniano, dejarme crecer el cabello) y por supuesto, la actitud tiene que ver demasiado con esto. Atrás quedaron los días en que me preocupaba por x y por y. Ya no más sufrir por la que se va a casar y por la que no vuelve, ahora voy a volver a mis andanzas demoníacas. ¡Al demonio con el que dirán, que murmuren que soy un mujeriego, que digan que nada más utilizo a las mujeres para mis cochinadas! Sí ellas no se quieren portar bien conmigo, ya no me voy a portar bien con ellas. Y esto trae a mis memorias el recuerdo de Allali. ¿Qué quién es Allali? Mi coprotagonista en la original “Historia Sin Fin”, que si tuvo final, bastante gacho por cierto.

Hace 11 años, cuándo yo era un tierno mozuelo de 18 años, mi señor padre comenzó un negocio avícola termal en un pueblito cercano a la ciudad donde vivimos (o sea que vendíamos pollos rostizados pero decirlo así como que se oye muy gacho). Ella, Allali, tenía catorce años (no soy pederasta pero he sucumbido muy fácilmente ante las lolitas, hijas de su…). Comenzamos a ser novios. Hasta hoy ignoro si yo fui su primer novio, su primer beso o que demonios. Pero el caso es que terminamos juntos y lo peor, YO FUI su changolán en sus quince años. No quiero decir que eso fuera malo, pero era de esas situaciones donde nomas no ubicas a Bob Guijarro por que para bailar soy una mezcla entre piedra de río y oso reumático. Además, era yo un padawan tiernecito y ella, con esos ojazos de venada, logró convencerme (esto ni ella lo sabe pero si algún día me hubiera pedido hacer alguna estupidez, como leer a Carlos Cuauhtémoc Sánchez, lo hubiera hecho sin pensarlo). Después de esta, la mejor época entre nosotros, sólo vino caos y destrucción. Hubo épocas en que los dos hacíamos todo lo posible por humillarnos mutuamente, otras en que hubiéramos sido capaces de todo por complacernos de igual manera y otras más en la que indiferencia era decir poco. De esas cosas que sólo el Creador sabe por que hace, estábamos juntos un promedio de 6 meses y nos separábamos como por año y medio, y esto llego a sumar un total de más de once años juntos. La última vez que estuvimos juntos, yo pasaba por una época medio destructiva (acababa yo de escapar de las garras de la Amazona de la Tinta, una historia que tal vez les agrade leer después), no quería saber nada de relaciones en serio, sólo quería acostones fáciles, sin complicaciones… y Allali me puso el alto. Debo decir que en diez u once años juntos NUNCA tuvimos relaciones, NUNCA hicimos el amor, NUNCA nos acostamos pues, lo que me deja entrever que en realidad lo nuestro estaba a un nivel más… karmático digamos. Y mira que Allali tiene una figura envidiable, el cabello y los ojos más bellos que he visto en alguien, de esos que como alberca, te invitaban a clavarte en ellos para sumergirte y tratar descubrir el misterio de sus ideas. En fin, que les decía, la última vez juntos, ella me puso un hasta aquí y me dijo que o me3 enderezaba o la goma conmigo y mis ideas de “recuperarme” a la mala. En esa ocasión, una de las noches más bonitas pero más extrañas de mi vida ocurrió. Yo estaba terriblemente enfermo de la garganta (ya saben, tos, cof, cof y todo eso) y fui por ella a su trabajo. Caminamos una gran distancia (siempre lo he dicho: si alguien hace una película sobre mi vida, se dará cuenta de que los momentos más terribles y los mejores siempre se dan mientras camino… ja!) y platicamos muy rico. Como pocas veces, mis estupideces la hicieron reír, me miraba con esos ojos que me invitaban a hacer de todo. Y cuándo me invitó a pasar a su departamento, supe que esa noche no se me iba a olvidar jamás.

Entramos y era una noche fría (enero, me parece). Ella compartía el departamento con una de sus compañeras de colegio. Platicamos más todavía, me preparó un poco de leche caliente, me invitó a recostarme con ella en su cama… y me dormí. Me desperté como a las dos de la mañana, tosiendo y la vi, mirándome. “¿que pasó?”, le pregunté, entre sueños. “Nada, pollito” (sí, así me decía ¿y que?), me dijo,”me tenías preocupada”. Me besó y yo me quise apartar por que no quería contagiarle mi resfriado. “No me importa…” y así estuvimos, besándonos. El momento clave de esta noche llega cuándo ella se quitó la blusa. Fue cuándo pensé que en verdad, por primera vez, iba a tener relaciones con esta niña preciosa. Me desnudó y ella terminó de quitarse la ropa. Seguimos en el besuqueo y nos tocamos y nos acariciamos… de verdad muy bonito. Con la excepción de que NO tuvimos relaciones. Ni esa noche ni nunca. ¿Por qué?, lo ignoro. Simplemente no pasó. Si les puedo decir que de verdad fue maravilloso pasar la noche junto a ella, sentir su calor, tocarla, experimentar recorrerla toda con mis manos. Después de esa noche tan genial, todo fue cuesta abajo. Siempre estábamos discutiendo (a ella no le gustaba mi personalidad “homeresca”), constantemente nos agredíamos (nunca he golpeado a una mujer… y no es por que no se lo merezcan, simplemente no lo acostumbro) hasta que al final, nos dimos cuenta que era mejor separarnos y seguir cada quién por su lado. No quedamos como amigos por que NO podemos ser amigos. Simplemente ella se fue por su lado y yo por el mío. Y hoy, ella ha comenzado su vida de nuevo, sin mí. Y es feliz y eso me da gusto. Hace como dos meses, estaba yo en el banco, para hacer unos depósitos y la vi entrar con un chico y su madre. Y se veía muy bien. Y a pesar de que nos sentamos JUNTOS, uno al lado del otro en la sala de espera, ninguno de los dos nos hablamos. Pero me hizo sentir bien verla contenta, con alguien que la hace reír y feliz. Su mamá, por supuesto, me saludó. Y eso hizo un poco incómoda la situación, supongo. Pero no para mí. Uno de mis secretos es que siempre que veo a alguien de los coprotagonistas de mi vida contentos, me hace feliz, aunque por dentro me esté llevando la fregada. Así que, Allali, brindo por ti, por lo nuestro y por lo que nunca tuvimos ni hicimos. Que seas feliz SIEMPRE.

Friday, November 19, 2004

La Historia del Locutor Enjaulado y La Amazona de La Tinta, segunda parte.

Cuándo decidió irse a Cuernavaca fue la semana más larga y difícil de nuestra relación. Yo me encontraba molesto por que no podía comprender su decisión repentina, surgió de todo en mí: celos, dudas, confusión, desesperación. Iba a perderla y ella era, en ese momento, la mujer de mi vida. Creí que ya había llegado la que me tendría su lado por siempre, con quién quería yo compartir el resto de mis días. Cada mes iba yo a visitarle a Cuernavaca y ya llevaba una relación bastante buena con sus papás, que me abrieron las puertas de su casa de muy buena gana y fueron excelentes personas conmigo (gracias, don Isidro, gracias, doña Malu y gracias mi cuate Iván). Bueno, tan dentro de su familia llegué a estar que su abuelo, machista y revolucionario reacio, me aceptó y hasta “hijo” me llamaba. El día que lo conocí, estaba recostado. Me llevaron para la audiencia con el patriarca de la familia y sólo me miró y preguntó:” ¿Y éste, quién es?”. Doña Malu le hizo toda la explicación. Sobra decirlo, el resto de la familia me aceptó también. Todas las tías de la Amazona me sacaban a bailar en las fiestas, me servían tragos y tragos de tequila, nos decían: “sálganse a dar la vuelta, nosotros entretenemos a los suegros”. En fin, los amigos de su familia ya me tomaban en cuenta como miembro de la misma. “¿Va a venir el güero a la fiesta?, digo para guardarle un lugar… ¿y si le gustara lo que vamos a servir?, le preparamos lo que él quiera”. De tal forma me colé en la familia, que cuándo falleció su abuelo, me heredó una escopeta preciosa. Por supuesto que no la acepté y se la entregué a la mamá de la Amazona. Así, ya éramos una pareja sólida, éramos “La Pareja”. Mis amigos, como es común, nos veían de buena manera (que curiosas son las relaciones masculinas; siempre aceptamos de buena o mala gana a las novias de los demás, aunque sepamos que nos están robando a nuestro amigo, las aceptamos. Es casi como decir: “si mi amigo te acepta, estás bien conmigo”) y estábamos incluidos en las rutinas de los fines de semana: ir a cenar, al cine, etc. Durante su primer año lejos de mí, experimentamos la primera gran crisis de nuestra relación. Por alguna razón, no hacíamos más que pelear y discutir y agredirnos y todo. Ella se había vuelto una “intelectualoide” que disfrutaba destrozar cuanta cosa yo decía que me gustaba. Llegó a despreciar Star Wars y Lord of The Rings. Se llegó a burlar de mis comics, de mis eternos tenis y de mis eternas camisetas. Una de las veces en que seriamente pensé que no estábamos bien fue en una de sus presentaciones literarias. Me llevó a donde uno de sus compañeros de la Gacetilla para el Mentalmente Superior, presentaba un libro de pseudo-poesía. Desde el momento de entrar yo estaba prejuiciado que me iba aburrir como nunca. Y no, no me aburrí como nunca. Me aburrí como JAMÁS creí que sería posible que un ser humano se aburriera sin suicidarse. Adopté mi modo “Homer Simpson” donde mis ojos veían y mi cabeza asentía pero mi cerebro pensaba “tú quédate si quieres, yo me voy”. Todas estas situaciones provocaron una gran brecha entre nosotros. Al grado de que llegamos a considerar un “break”. Por eso, un fin de semana, tomamos la decisión de agotar las soluciones y, si nada resultaba, yo volvía por donde había aparecido y hasta no verte, Jesús Mío. Llegué a Cuernavaca un fin de semana, lo que se suponía sería El Fin De Semana pues yo iba dispuesto a dejar todo por la paz antes de que nos siguiéramos dando hasta con la cubeta. Fuimos a una comida con sus papás y esa tarde recuerdo que fuimos al cine. Todo el trayecto, nadie habló, parecía que todos sabían que la Amazona y yo estábamos en las últimas, pues también los demás pasajeros del pesero iban callados. Supongo que en esto influía el hecho de que a pesar de que íbamos abrazados, nos mentábamos la madre. Llegamos al cine y algo pareció cambiar. Estaba en cartelera una película llamada “What Dreams May Come” con Robin Williams que trata sobre la muerte y nuestra poca aceptación hacia ella. Desde que entramos, la atmósfera había cambiado por completo. Yo (llámenme cursi y ridículo y lo que quieran pero yo ya aprendí a volver a llorar cuándo la ocasión lo merece y cuándo me dan ganas… mmph!) no paré de llorar durante toda la cinta. Nos tomamos de la mano y no nos soltamos. Parece mentira pero lo que nos rescató en esa ocasión fue una película y su mensaje. Por supuesto que mi actitud cambió y ella también cambió hacia mí. Fue nuestro mejor momento. En resumen, que todo estaba ya listo para el siguiente paso. En noviembre de 1999, comenzamos planificar la boda. Debo recordarles que estaba de moda el Y2K y que el mundo se iba a acabar la noche del 31 de diciembre de 1999 a las 12 en punto, así que la condición era: “si sobrevivimos, nos casamos en el primer año del nuevo milenio”. En diciembre, ella vino a visitarme para la boda de una de sus amigas, además de que asistimos a la posada que cada año organizaban mis compañeros de la facultad. Sobra decir que esa noche y al día siguiente no hicimos otra cosa que discutir y discutir y discutir. Pero aún así, en mi ilusión de arreglar las cosas, le pedí que pasáramos el último Año Viejo del milenio juntos. Aceptó. Ese año fue la primera vez que pasé una festividad lejos de mi familia, el 31 estuvimos conviviendo con la Amazona y su familia, vimos los fuegos artificiales, en fin, que experimentamos juntos una noche que de verdad está muy grabada en mi memoria por que fue la última noche que tuvimos juntos la Amazona y yo.

A la mañana siguiente, todo era distinto. El aire se sentía frío (uno de los inviernos más fríos que recuerdo) y desde la hora de desayunar, ella estaba totalmente diferente conmigo. Fue como si a ella si le hubiera afectado el Y2K y su programa hubiera tomado una configuración distinta. Fuimos a comprarle unos zapatos (unos tenis muy bonitos) y pasamos la tarde en el cine. Incluso nos dimos tiempo para escaparnos a un hotelillo. En ese momento, fue como si estuviera haciéndole el amor a un témpano. Nada de pasión, nada de fuego, nada de nada. Al paso del mes, las llamadas comenzaron a disminuir, si la llamaba por la noche, no la encontraba. “Es que se fue a una presentación de un libro” me decía su mamá. Así, pasó el mes, hasta el día 29, tres días antes de mi cumpleaños número 25. Recuerdo que estaba con mis amigos y que querían salir a ligar a la disco. Con eso de que yo sentía culpabilidad hasta por voltear a ver a las chicas en la t.v., no acepté y me retiré a mi casa por que ella me iba a llamar. A la hora convenida, suena el teléfono y contesto. Creo, hasta este día, que jamás debí levantar esa bocina. Después de una sarta de estupideces, sobre esto y sobre aquello, pretextando mil cosas para buscar hacerme enojar, me salió con la noticia de que teníamos que terminar. Le pregunté por que, otro error. Ella comenzó a recitar una letanía sobre si yo no era detallista con su mamá y con su familia, que ellos tanto que me apreciaban, etc., etc. Al final de la llamada, me amenazó con que en cuánto colgara, me quedaba sin novia. En ese instante, yo ya estaba más molesto que preocupado y sin más ni más, le azoté la bocina. De inmediato, llamé a mis amigos, que aún seguían en la oficina, me preparé y salí con ellos a partirle su maraca a la noche.

Días después, el colmo para mi desgracia, el Club de las Amazonas Feministas Liberadas del Tercer Planeta y yo entramos a un concurso de prevención del SIDA para ganarnos una beca… y lo perdimos. En mi cumple, el Club, me hizo una comida y me emborraché con tequila, como tenía años que no lo hacía. Por esos días, recibí un mail donde ella me pedía hacer las paces. Acepté ir a verla, creyendo que de verdad podríamos arreglar nuestra relación, que ella ya se había dado cuenta que yo era el indicado en su vida. Total que fui, hablamos pero lo único que pasó fue que ella me dio un discurso estúpido sobre cómo cambia la gente, sobre cómo tenemos que evolucionar y seguir adelante sin mirar atrás. Yo sólo pude contestarle “ch1ng4 tu m4dr3”. ¿Para eso viajé dos horas y media, para eso me compré una camisa y una corbata nuevas, para eso me puse en ridículo ante mí mismo? Por supuesto que nunca se lo perdoné (Actualización: es noviembre 16 y hasta la fecha creí que la odiaba, pero anoche, incidentalmente, el Duende me preguntó sobre ella… me di cuenta que ya no me molesta responder que no sé nada de ella ni me interesa… y me dio gusto que así fuera, lo cuál quiere decir que ya la he perdonado). La Amazona de la Tinta tuvo mucha influencia en mi vida, no lo puedo negar. Pero así como pudo beneficiarme, me pasó a torcer horriblemente. Creo que sólo me queda agradecerle el haberme iniciado en estos menesteres del escribir. Espero que ustedes puedan hacer lo mismo.

Así, hoy sólo me queda una reflexión sobre el estar solo. ¿Es mi vida mejor o peor por las decisiones correctas o erróneas que tomé durante los pasados diez años? ¿Soy más feliz como estoy o cualquiera de las Amazonas de mi vida pudo haber sido ELLA? ¿Es normal eso que siento cuándo veo a mis amigos con sus bebés o a mis ex con sus hijos? ¿Dónde estás tú, aquella persona que, se supone, estará conmigo por el resto de mi vida, apoyándome, en las buenas y en las malas, en salud y enfermedad, en estupidez y babosada? Será como dice la canción: “i could have met you in a sandbox, i could have passed you on a sidewalk... Could i have missed my chance and watched you walk away?” (Traducción, para quién dice que sólo yo me entiendo: “Pude conocerte en una caja de arena, pude haberte rebasado en la acera… ¿pude haber perdido mi chance y verte caminar lejos de mi?”).
PD: Si, la Amazona de la Tinta es la primer mujer que amé hasta la muerte pero no la única. Sí, la Amazona de la Tinta fue mi gran amor pero no el más grande. Y sí, la Amazona de la Tinta fue la mujer de mi vida pero no por siempre. Insisto: ¿habrá quién tenga todo lo que ha soñado de su vida a los 30?

Thursday, November 18, 2004

El Momento Nescafé Del Día

1.- Pienso, luego existo; siento, luego pienso, luego existo, luego sufro.
2.- Cuándo la noche y sus monstruos surgen, te asomarás al abismo. Entonces te darás cuenta: cuándo observas al abismo, el abismo te está observando a ti.
3.- Have you ever had the feeling, that the world is gone and left you behind?, have you ever had the feeling, that you’re that close to losing your mind?, you look around each corner, hoping that she’s there...
4.- Danson, tu dis, et moi, je suis.
5.- I’m not a answer to the earth, but a question to the world.
6.- Maybe i’ll sleep inside my coat, wait on my porch ‘til you come back home, oh, right, i can’t find a flight, we share the sadness, split screen sadness... two wrongs make it all alright tonight, “all you need is love” is a lie, ‘cause we had love but we still said good-bye, now we’re tired, battered fighters...
7.- ...Y apago la luz para verte mejor y saborear este sueño de amor.
8.- If you call my name out loud, would you think that i’d come running? You know i would, you know i would....
10.- ...Y mientras caminaban juntos sobre esa pradera, las manos entrelazadas, los cabellos al vientos, los besos y caricias a flora de piel, el robot entendió lo que era amor.
11.- Adventure, excitement… a Jedi craves not these things.
12.- Si me dejas ahora, no seré capaz de sobrevivir, me encadenaste a tu falda, enseñaste a mi alma a depender de ti, ataste tu piel a mi piel y tu boca a mi boca, clavaste tu mente en la mía como una espada en la roca y ahora me dejas como si fuera yo cualquier cosa…
13.- Stupid is as stupid does.
14.- Never go against the family…
15.- Who watches the watchmen?.
16.- A long time ago, in a galaxy far, far away...
17.- Every time you go away, you take a little piece of me.
18.- Here i am, the one that you love, asking for another day.
19.- Y cada vez que vuelvo, siento que vos me arrojaste a la inercia sin novedad, sin decepción.
20.- C’mon, punk, go ahead, make my day.
21.- If you believe, they put a man on the moon
22.- I don’t mind stealing bread from the mouth of decadence
23.- Resistance is useless
24.- You’re part of the rebel alliance and a traitor!
25.- Help me, Obi-Wan Kenobi, you’re my only hope...
26.- Fear leads to anger... anger leads to suffering... and suffering leads to the Dark Side of the Force
27.- When you were young and you heart was an open book, you used to say “live and let live” (you know you did, you know you did, you know you did)

Tuesday, November 16, 2004

La Historia del Locutor Enjaulado y La Amazona de La Tinta, primera parte.

En 1997, todo era una constante “party” en mi vida. Cada semana, una mujer distinta, cada semana una fiesta más tremenda que la anterior. Mi trabajo era genial, era lo que yo siempre había querido hacer (aunque no lo sabía) y me divertía horrores haciéndolo. Hasta que en marzo o abril de ese año, una mujer entró a la cabina de transmisión para hacer un “talk show” medio jalado de los pelos y cambió todo lo que yo sabía. En mis intentos por ligarla y ella por zafarse, perdí casi seis meses. Con tal de convencerla de que era ella la única, corté de tajo mis fiestas y parrandas. Hasta agosto de ese año. Comenzamos a salir y de pronto, estaba yo inmerso en la primera relación en serio de mi vida en casi dos años. Y la más formal hasta hoy. La Amazona tenía muchas ventajas que me convencieron de que yo tenía mucho que ganar y aprender ahí. Por ejemplo, vivía sola, era muy liberada sexualmente y sobre todo, se sentía atraída hacía este servidor. Por supuesto que conoció la oficina del gerente y la cabina de grabación. Y ella fue la primera vez que una mujer logró hacerme derretirme por un orgasmo femenino.

Aunque nuestra primera relación (revolcón para los entendidos) la tuvimos casi dos meses después de comenzar a andar, esas primeras semanas juntos puedo jurar que me tendió la más grande trampa sexual que jamás nadie me puso en el camino. Por ejemplo, en la graduación de mi amigo Ed, no quiero comenzar a explicarles lo que sus manos hacían conmigo por debajo de la mesa (¡gracias, Dios, por los manteles largos y los amigos distraídos!) pero si que jamás volveré a ese restaurante hasta que sepa que sus manteles los lavan con cloro y lejía, los hierven y hasta esterilizan. Después, en un pequeño callejón que estaba poco antes de llegar a su casa, conocí lo que era un verdadero “quickie”.En fin, que para cuándo llegamos a su casa esa noche que nos acostamos por primera vez, yo era un toro (y no por lo potente, sino por que en mi furia creo que le destrocé medio depa) y creo que es la vez que he durado más teniendo relaciones (prácticamente toda la noche… no digan “presumido”, es mi máximo y jamás lo he vuelto a alcanzar). Bueno, con decirles que hasta en la escuela tuvimos sexo. En una ocasión, los alumnos tuvimos que pintar los salones y los edificios y ella y yo, aprovechamos que, más o menos al medio día, aquello ya casi había terminado para convertirse en una fiesta. Nos escurrimos hasta uno de los salones vacíos… y sí, mancillé el honor de la escuela. Por suerte nadie subió a los terceros pisos por que hubiera sido mi expulsión y ni que decir de ella. Con ella viví lo que era tener una amante, una amiga y una confidente, una verduga, una jueza y una abogada defensora… y hasta la que pudo haber sido la madre de mis hijos… que de hecho, estuvo a punto de serlo.
Más o menos a los 5 meses de noviazgo, ya vivíamos juntos (sus papás no lo sabían, por lo que era una verdadera comedia de situación) y en una ocasión me sorprendió con la noticia de que su “gemela malvada” no había llegado. Aclaración: la “gemela malvada” es el sobrenombre que le puse a sus días de menstruación pues en ella de verdad que operaban un cambio siniestro. La alarma roja estaba a su máximo, yo tendría que buscar un nuevo trabajo dónde poder mantenernos a los tres y tomar las responsabilidades del caso, a sólo unos meses de terminar su carrera, tal vez ella tendría que abandonar sus estudios, yo apenas comenzaba la mía así que no era mucho problema. Ya lo habíamos acordado: tendríamos al niño pero no nos casaríamos. Total que estuvimos al borde de nuestros asientos por casi dos semanas hasta que de repente, pum; llegó la hermana gemela. Después de esto, la relación se hizo como que más fuerte. Ella logró el milagro de quitarme de decir tanta pinch3 grosería, yo la hice abandonar el cigarro casi por completo (como Bob Patiño, sólo la dejaba fumar a la hora que tenía que terminar su columna de nota roja, por que, oh, sí, era reportera). Era tal la conexión que compartíamos que durante el tiempo que vivimos juntos, ya teníamos una rutina establecida; yo me iba en la mañana a la escuela y después a trabajar, ella se iba a la escuela y después a trabajar, al mediodía nos veíamos para comer en su casa, mientras ella cocinaba, yo tomaba una siesta pero al final la ayudaba con los trastos sucios. Ya parecíamos pareja de casados. En las noches, yo pasaba por ella al periódico y caminábamos como una pareja de viejitos hasta el departamento aquel. Ahora que las peleas, que no faltaron, eran de dimensiones épicas. Para mala suerte de ella, yo ya había sufrido los embates de confiar demasiado y era muy poco tolerante y para mi desgracia, ella es la mejor oradora que conozco. Nuestras peleas llegaban a durar hasta dos días, incluido uno completo, de toda la noche discutiendo y demás. A ella la hice rabiar con varias decisiones bastante polémicas: me hice un tatuaje, mi cabello llegaba ya hasta mitad de mi espalda y estuve a dos pelitos de hacerme una perforación en la lengua (esta última, según su estándares, era la menos polémica, puesto que, como era una liberada sexual, sabía los beneficios “orales” que conllevaba una perforación en ese lugar). Después de un tiempo, se aburrió de trabajar en el periódico y decidió que quería regresarse a su tierra, Cuernavaca. Supongo que esta debió ser la primera señal para mí de que algo andaba mal en su cabecita por que decidió dejar un trabajo seguro y bien pagado para irse a la aventura, además de que mi sueldo tampoco era malo por lo que vivíamos más o menos bien, sin quejas. Esto desató otro episodio bastante largo que duró noches y noches de peleas pues yo no quería que se fuera por todas las dificultades que esto implicaría pero al final me convenció y se largó. Así transcurrió el primer año y medio de nuestra relación. Continuara...

Tuesday, November 09, 2004

Every Breath You Take

Segun yo, TODOS y TODAS tenemos un amor imposible. Esa persona que por angas o mangas nunca pudo ver en nosotros lo que hacia falta para comenzar mas que una amistad. A veces eso se convierte en amistades eternas, a veces se pierden en el tiempo. A mi me paso lo primero. Y el 10 de diciembre ella se casa. En fin, que aunque fue un tremendo gancho al corazon, me levante y le deseo (como siempre) la MAYOR felicidad, recordarle que siempre podra contar conmigo y que NUNCA encontrare NADIE como ella. No se si mejores o peores pero como ella, NEVER. Y quieres saber lo peor? no es idealizarla, por que se come los mocos y le huelen los pies (una de las dos es falsa... adivina cual), tampoco es ponerla en un pedestal por que en muchas cosas es mas cinica y c4br0n4 que yo. Es... es... simplemente que nos complementabamos muy perron y ahora lo unico que me queda esperar es que nunca se olvide de mi, que de veras sea yo padrino de su hijo(a) e ir a su boda a poner cara de "everything is fine, it's just this damn shoes... yes, they make me cry". Ahora bien, entendamos algo. EL tener el amor platonico no significa que jamas volvamos a querer a nadie. No. De hecho, ahora, la tremenda Maharba es algo muy especial para mi y espero que algun dia lo entienda y lo vea asi y que nos de una oportunidad. Maharba, would you like to be my girlfirend? i swear things won't change... except that if you leave me... I KILL YOU!!. No. Bromeo. Te espero, Maharba, que siento que hemos dejado muchas cosas al aire, yo por guey y tu por negativa. Te Quiero Mucho.

Nosotros Los Solos, Ustedes Los Pobres

No hay nada peor que saber que eres una moda, que tu decisión de ser como eres se convierta en tendencia mundial y que casi el 24% de la población quiere ser como eres. Ahora resulta que los solteros empedernidos como yo somos millones y que no solo eso: muchas chicas son iguales. Aja. Pero donde diablos están cuando sales de cacería en las noches de luna llena, aullándole a lo que se mueva?, donde carambas se meten cuando traes cinco o seis cervezas encima y quieres declararles tu amor?. Pues en ningún maldito lado!!!. Tengo la teoría de que digan lo que digan, en el fondo, todas las mujeres sueñan o han soñado con salir de la iglesia en su vestido blanco e incluso lo mantienen como ambición secreta. Pero claro, como resulta que ahora la testosterona la producen ellas mientras nosotros tragamos estrógeno (digo, los metrosexuales, yo no, eh), ponen esa cara de malas que mas que otra cosa me provoca risa, y dicen, según ellas muy orgullosas :”no necesito a los hombres”. JA JA JA. Y yo no necesito dos tazas de café antes de despertar por completo ni un cigarro a las siete de la mañana para comenzar a ensuciarme los pulmones. Mi eterna pregunta es: por que si los hombres rehuimos al compromiso emocional para meternos al trabajo que nos gusta, nos llaman irresponsables y si ellas hacen lo mismo, las llaman “profesionistas dedicadas”?. Anyway, tal vez ser soltero tenga todas las ventajas que he dicho antes: no tienes que pedir permisos para nada, no gastas dineros que no tienes, no te pelean por andar viendo las tremendas tangas indiscretas que se asoman de sus santuarios para saludarte, no te lloran por que “ya no eres como antes”. Pero a veces hasta esos llantos se extrañan. Y a veces te hace falta quien te grite de groserías por andarte cortando las uñas de los pies en la mesita de la sala, quien te prepare un platón de pepino con chile en vez de las grasientas palomitas (es por tu bien, corazón) y peor aun, te quiten la sagrada cerveza “por que borracho te ves feo”. Hace cuatro años que carezco de eso y dudo que pasen menos de otros cuatro para que alguien se vuelva a fijar en mí. By the way, ando estrenando look. Con dos tallas de pantalón menos y un nuevo corte de pelo, pienso volver a arrasar a las pobres féminas que se atrevan a atravesarse cerca de mí. Bueno, tal vez no tanto pero si me siento mejor y me veo mejor… según yo, claro.

Hola, Maharba

Hola, rubia de 1.75, cara de niña y carácter de señora. Otra vez me he sorprendido pensando en ti. En tu sonrisa, en tus cabello güeros y como detestas peinarlos, amarrarlos o contenerlos, en tus ojos que a veces dicen mucho y a veces callan todo. En como aceptas que, aunque no sabes nada de cine, te gusta llamarte cinéfila, en como tratas de convencerme de que lea libros diferentes a los que leo, que vea cine distinto al que me gusta, comida mas sana que la que me atraganta. En como, a pesar de las amables negativas, dentro de ti te has imaginado como será despertar con este gordito a tu lado, mientras te canta al oído “Your Body Is A wonderland”. Confiésalo. Has pensado en ser la Marge de este Homero. D’oh!. ¿Eso lo dije o lo pensé?. Cada día trato de revisar el estado del tiempo nada más para saber si estarás viendo las estrellas y la luna como yo lo hago cada noche, para imaginarme si pensaras un poquitito en mí de vez en cuando, aunque sea para reírte. Como de aquella vez que estábamos en casa de Millaray y sostuvimos la relación más rápida en la historia de las relaciones: en nuestra imaginación nos hicimos novios, casi nos casamos y hasta tronamos en la misma noche. Ja!. Que loco es el mundo. Hasta que no estuviste a cientos de miles de kilómetros lejos de mi, pude aceptar que eres mas importante en mi vida de lo que podría o querría admitir en publico, que te extraño mas de lo que te digo que te extraño (digo, si, no vayas a sentirte diva), que te quiero mas de lo que tu podrías aceptar que alguien te quisiera. Ojalá y te la estés pasando bien, que de verdad te sirva viajar para que cada vez seas más sabia (y que ya nadie te cotorree con el “sexo oral y escrito”) y que puedas enseñarme un poquito a mi de lo mucho que sabes, que me pases un cuarto aunque sea de la super inteligencia que vive en tu cabecita, que por fin te guste Star Wars (cosa que no va a ocurrir hasta que conozcas a un super galan que te pegue el gusto… ejem, ejem… sigo disponible, eh?). POR FAVOR VUELVE YA, URGEME VERTE DE NUEVO, SABER DE TI, QUE ME PLATIQUES CON TU VOCECITA TODAS TUS AVENTURAS EN GRINGOLANDIA, SABER SI TE GUSTO QUE GANARA BUSH DE NUEVO (JA!).

Thursday, November 04, 2004

Con La Puerta En Las Narices O Poñoñoinngg

Si, ya se. Nada funciona como deberia. Pero, carajo, por una vez deseaba que asi fuera. Resulta que le pase la información a mi amigo chaneque, el reportero estrella, y me dice que si,m le interesa. Pero a la hora de los guamazos, se me echa para atrás. Solo saco un parrafito sugiriendo que las autoridades competentes deberian vigilar mejor las compras de las dependencias. Bah. Valiente ayuda. Anyway, que ya estoy en lo ultimo, que me estoy logrando zafar de las riendas legales que me someten a las ordenes del malvado Darth Bossman y la Alianza Rebelde va cada dia mejor. Solo espero que el siguiente ataque a la Death Star sea un poco mas exitoso