Saturday, February 19, 2005

Mas Reflexiones

De Cómo Lo Más Sorprendente De Mi Vida Este Año Apareció Detrás De Un Par De Anteojos Foto Gray, Un Par De Tazas De Café, Una Rebanada De Pastel Imposible Y Cuatro Tazas De Té De Naranjas Con Arándano.

Les contaré. YA SOMOS NOVIOS. O bueno, estamos a prueba. O bueno, me está probando. Por que estoy casi seguro de que es más una prueba para mí que para ella. Me siento muy bien. Ahora lo que necesitaba mi vida era paz. Tranquilidad. Y ella lo aporta demasiado bien. Tal vez sea que ya estoy en edad de dejar de buscar niñitas ninfas (gulp…) que sólo se interesan por el sexo momentáneo (regulp…)… o tal vez sea que de verdad es ella lo que buscaba. Trataré de describirla.

Tiene un par de ojos impresionantes. Grandes. Como que cafés, como que claros. Unas pestañas de aquí a la India. Y una sonrisa pequeñititita que sólo se asoma cuándo está segura de que no hay moros en la costa o cuándo se pone nerviosa. En cuánto a su manera de ser, puf… no sé pero vamos juntos al desastre. Me explico. El viernes hubo fiesta en su oficina. Estábamos chacoteando pasando un buen rato. El plan era que saldríamos temprano. Para nada. O bueno, sí, pero no a la hora que quisimos; ya era tarde para los planes que teníamos… así que entramos a su oficina para ver a que hora podíamos salir. Encendió la tv y en cuánto nos sentamos, yo quise buscar mis anteojos (que traía colgados del cuello de la camisa) y busqué y busqué… hasta que me di cuenta: ¡¡los traía puestos!!. Fue un momento totalmente “robertiano” con todo y mi tradicional ¡D’oh!. Por supuesto que nos reímos. Mucho. Entonces ella agarra y me cuenta que lo mismo le sucedió, con excepción de que ella los buscó por toda su oficina. ¡Ja!. Comienzo a creerlo: siempre hay un roto para un descosido.