Wednesday, August 31, 2005

Mis Años De Universitario 2: La Venganza

Mi carrera la cursé en la ilustre Universidad Autónoma de Guerrero, en su Escuela de Ciencias de la Comunicación, que en ese entonces estaba tan piñata que ni a Facultad llegaba. Supongo que ahora hasta se pasó por que la llaman Unidad Académica de Ciencias de la Comunicación. En fin, en el post anterior les contaba yo sobre esos maravillosos años, entre 1997 y 2001, años en que cursé esta cuestionable decisión de profesión. Esos años, comenzaron con Abarca como mi inseparable escudero, asistente, cómplice y compinche... mas piche que com. 1997 es un año además de importante, demasiado relevante por una sencilla razón: conocí a Ethel, la Amazona de la Tinta. Mi mundo y mi manera de verlo cambió por completo. Por completo.
Además de estar trabajando en la radio, el hecho de estudiar hizo que Sr. Padre un día me perdonara por completo la sarta de imbeciladas que durante 7 años realicé a diestra y siniestra. Me acercó a él. Tomé una de las decisiones más importantes y más controvertidas: me fui a compartir departamento con la Amazona. Vivimos juntos. Sí, señor, eran los buenos viejos tiempos.
EL hecho de estudiar la carrera en una escuela tan piñata como esta, implicaba tener que tomar clases con profesores que a veces estaban confundidos sobre el lugar donde estaban parados. Como Paulina. Ella era maestra de un equivalente a Lectura y Comprensión. No m4m3n, es la maldita Universidad, decía yo. Poco sabía que muchos de mis compañeritos no sabían ni siquiera leer. En fin, que era tal mi aversión hacia esta materia que no desaprovechaba NINGUNA oportunidad para hacer repelar a la maestrita Paulina. Un día, nos hace pasar al frente a decir una poesía. Habráse visto. En fin, que todos mis compañeritos se aventaban puros onda "banderita, banderita..." o aquel de "cultivo una rosa blanca...". Yo, por mi parte, me reventé el de:
HOJAS
Llego a mi casa y en el patio
encuentro hojas.
Camino a la entrada y encuentro más hojas.
Abro la puerta
y muchas más hojas.
Subo las escaleras, entrando a mi alcoba, encuentro más hojas
Entonces, de rodillas, miro al cielo y gritando exclamo:
Hijos de la chingada, tragaron tamales y no me invitaron!!!
Las únicas palabras que le quedaron a la maestra fueron: "eso no es un poema". Nada, ni sonrisas, ni una mueca de su inerte rostro. En fin. Es solo una muestrita de lo que fue el primer año. Ya vendrán más. Y ahora que leí el de Felinita, http://textospoemasyotrastonterias.blogspot.com/, me acordé. Mis años de primaria, de secundaria y del kinder. Ja. Ja ja ja ja ja. Ay, Bueno ya.