Monday, August 22, 2005

Domingo


El siguiente post está basado en hechos verdaderos.

Nadie tenia idea que ese dia entre ellos, caminaba el mismisimo hijo de Satan, el vástago de Belcebú, el Príncipe de las Tinieblas. No se imaginaban que era YO quién entraba a su rebaño a corromper almas.

Ayer domingo, mi jefe Alejandro me invitó a su congregación. Ninguna religión tiene nada de malo siempre y cuándo no os fanaticéis. Yo soy de la religión Jedi, lo saben bien. Por eso me causa tanta gracia ver los rituales donde tienen que invocar a sus respectivos Dioses (no estoy diciendo con esto que sea superior... pero si, si lo soy). En fin, que ayer domingo (MI sagrado domingo, el que la Biblia de Bob G dice: "dedicaréis al descanso eterno de tu alma y cuerpo, al Playstation dedicaréis mínimo cuatrro horas y a dormir otras seis"), se vio interrumpido por esta invitación, ya que su reunión comienza a las ¡10 DE LA MAÑANA! ¿Quién se levanta antes de las 10 de la mañana en domingo?. Total, que me levanto a las ocho y media para medio desperezarme y echarme un baño (habráse visto, bañarme en domingo antes de las seis de la tarde...). Y pasa mi jefe por mí y nos vamos a la reunión. El lugar era bonito y me cae que hasta se respiraba el ambiente de amistad y camaradería.
Pero no pude evitar lo que pasó.

En esta congregación es de esas donde cantan bastante y muy animado (canciones que por cierto están muy bien hechas y me recordaron bastante al Gospel gringo, ese de las películas donde sale el coro de negritos). En fin, que en lo que están cantando, al frente pasan un grupo de niñas a bailar (niñas es un decir: la más chica tendría sus 19 añitos) y yo, en mi mente, pensando "¿Como se verían bailando como Nancy la de Sin City?... guaaaa-aaaa-aaaa-aaaa". Luego pasa, la del diezmo. En la católica, pasan una charolita. Acá te pasan un bote grandototote. No sé si sea la intención que se llene o que. Y todo es abrazos, alegría, paz y amor. Nada deleznable si piensas en toda la gente que está perdida y que necesita encontrar una respuesta a sus preguntas. A mi los abrazos, me gustan. Bastante. Pero cuándo el abrazo es de alguien con quién te peleas tres horas diarias, cinco días a la semana... como que no puede haber mucha sinceridad. Si mi amigo Alejandro lo hizo de corazón, venga, bien recibido. Pero yo no sé como hacerle al hipócrita. Y al final, por esta viendo a las bailarinas, a la del bote de las cooperaciones (que también tenía lo suyo la suegrita) y andar esquivando abrazos y palmadas de gente que ni conocía (a punto de descerrajarle un bofetón a una viejecita estuve), ni le entendí a la ceremonia.

Si este fuera un blog politícamente correcto, diría que fue una experiencia bonita, que me iluminó en muchos aspectos. La neta es que me aburrí. Y pensar que a veces hace uno cada cosa por quedar bien con los jefes. A veces pienso si no sería mejor que me acosaran sexualmente y punto.