Wednesday, August 24, 2005

Confesión...

Mes Cheriés Lecteurs:
Siempre que confieso algo, termino arrepentido por que confesar siginifica exponer parte de ti que nadie debería de conocer por aquello de que te expones y te haces más débil, etc., etc. Confesar para mí, pues, quiere decir, poner al aire una parte de mí que normalmente debiera estar blindada. Así que , hoy, siéntanse privilegiados por conocer una parte del Bob que bien podrían usar en su contra el día menos pensado.
La extraño. Demasiado. Me di cuenta que me sorprendí pensando en ella más veces de las que quisiera. Que cuándo alguien pasa junto a mí y trae su mismo perfume, quisiera abrazarla y apretarla para que se me impregne en la ropa y llevarla conmigo. Que cuándo me acuesto en la noche, me falta ese beso que sólo ella me podía dar. Y no, no hablo de quién piensas, Viga.
No. Es un recuerdo de hace cinco años. Un fantasma de un lustro de edad que hoy se me apareció de frente y con dos hijos. El recuerdo de la lujuria, de las noches de pasión que casi nos incendiaban vivos. Tú, que estuviste a punto de ser LA mujer de mi vida. Tú, que te llevaste lo mejor de mí para jamás devolverlo. Tú, que preferiste la seguridad de la rutina a la emoción del ¿que será?. Tú, que te llamabas Amazona de la Tinta y ahora eres sólo Ethel. Tú.
Te encontré ahí, en esa calle que a diario paso y no puedo evitar creer que lo hiciste a próposito. Y que hubieras sido capaz de esperar el día entero para ver que fue de mí después de tu predicción de que mi lugar estaba en las alcantarillas.
¿Sabes que es lo que me entristeció?, verte así, tan seria, tan apagada, tan... tan... adulta. Pensar que contigo hicimos el amor quién sabe cuántas veces en aquel balcón de nuestro departamento, valiéndonos madres los vecinos y los niños de la primaria de a la vuelta. Contigo hicimos tantas locuras pretextadas por el amor que nos teníamos. Contigo perdí mi capacidad de tolerar, de ser paciente y casi, casi hasta de perdonar.
Dice la ley del Karma que todo se paga. Aquí nunca entenderé quién fue ganador y quién fue perdedor. Por que obtuviste lo que querías: un tipo con un t{itulo, con casa y coche propios, con un excelente sueldo. Pero perdiste esa parte de tí que a gritos pedía aventuras y tonterías para poder vivir. Y yo te perdí pero conservo aún, en la bolsa derecha de mi pantalón, las ganas de que todo me sorprenda día con día.
Te Quise Demasiado. Pensé que dolerías. Pero no. Te miré, hablé contigo, toque a tus hijos y eso fue todo. Fuiste solo las letras con las que le cuento al mundo que sí, que me jodiste pero no eres nada más. Nada, nada más. Incluso dejaste de ser el punto de referencia, "antes de-después de".
Lástima que tus sustitutas no fueran mejores que tú.
Y lástima por ellas, no por mí.
Por que fin de cuentas, yo soy yo y seguiré siendo yo aunque mañana me muera.