Saturday, January 17, 2009

Este Oso Quiere Volver A Tu Almohada...

"Can't you see
It's not me you're dying for?
Now she's feeling more alone
Than she ever has before"
Ben Folds Five, Brick

La verdad suele llegar en los momentos menos esperados o más inoportunos. Y suele llegar acompañada de coraje, de dolores. Suele irse y dejar detrás un equipaje de llantos, de reclamos, de gritos. Suele ponernos a la defensiva, suele ponernos en guardia. A veces destapa lo peor de nosotros y a veces, sólo a veces, lo mejor. Y es que no la podemos soportar. Sentimos que no la podemos cargar. Que nuestra fuerza se nos desgastó en tareas banales, sin sentido. Pero no. Es pesada, sí, pero nunca una carga imposible de sostener. Y anoche me tocó depositarla, de una persona a la vez y sumando tres al final... contándome a mí. Me explico.

Este "triángulo" que salió entre la V, la E y yo, surgió porque ellas han perdido sus apuestas... porque son chiquillas, porque vieron en mí algo que soy ahora y que siempre fui pero que vivía oculto en mis sombras. Comenzó con un reclamo. Siguió con una confesión y terminó con algo que a lo mejor era necesario que pasara.

V es una mujer linda. Física y por dentro. Pero tiene el problema de la inseguridad a flor de piel. No se quiere mucho que digamos. Y esa necesidad imperiosa de saberse querida, la ha llevado a travesías que no siempre terminan en buen puerto. La última terminó en naufragio. Y en esos días, repostaba en esa isla yo. Con capa roja y todo. Tan sólo tomar su mano para llevarla a tierra firme, pensó que era yo mucho más que su rescatista. Y confundió gratitud con otra cosa más profunda y grave. Y en ese entonces, estaba yo puesto entre Kryptón y Cuernavaca. Distraído. Por sugerencias, acepté. Y terminé entendiendo. Yo no soy "Ese" al que aspiras. No soy el que necesitas. No soy lo que buscas, V. Pero si puedo ser tu mejor amigo. El mejor que hayas tenido o tendrás JAMÁS. Si me aceptas, adelante. Aquí estoy.

En cuánto a tí, E. Caray. ¿Como poner tu caso?. Tienes una historia de esas de telenovela. Pero mírate. Aquí estás. Enterita. Fuerte. Mírate, en serio. Has tenido los tipos que has tenido. Y ellos han querido más contigo y las relgas han sido tuyas. Pero entiendes lo que se siente decir "ya vine" y que ni un "guau" te reciba. Eso cansa, ¿verdad?. Pero no. Tampoco. Es decir, sí, cuentas conmigo PARA TODO, tal cual has visto hasta hoy. Ahí estaré cuándo actives el reloj con señales ultrasónicas que sólo yo escucho. Pero no te puedo dar más. ¿Entiendes porque no hubo catre?. Porque no es que NO despiertes mis bajos instintos (que vaya que sí lo haces) si no que no quiero perder algo que da para más por algo de una noche.

Que raro me escucho diciendo todo eso... sí fuera cinco años más joven, me agarraría a patadas y zapes... pero en fin, que eso es lo que importa. Que Superman ya no quiere más superaventuras y ahora quiere superestabilidad. Pero, vamos, no niego, el abanico de posibilidades con ambas, era tremendo. Y no. No puede ser. Porque no tengo más que... emmm, ¿"hermandad"? para ofrecerles. A las dos. Y nada más. La pelota quedó en sus canchas. Ustedes saben que sigue.

Caray. Que cosa tan complicada son las relaciones humanas. TODAS. Aún las que son "a medias". Por eso te digo a tí, B, que quiero volver a quedarme en tu almohada. Así, justito como me habías dicho que me querías tener. Que ahsta dónde me acuerdo, con todo, lo nuestro no era tan complicado. Lo que pasa es que ya estás vieja. Y yo, otro tánto. Pero voy como Benjamin Buttons, para atrás, ja. Ya dije.