Thursday, July 21, 2005

El Viejo de la Calle 23, parte III

Llevo 26 años viviendo en el mismo barrio. Cuando mis padres murieron me heredaron el piso del numero 53 de la calle Serranía, en el mismo corazón de la ciudad, a tres cuadras de dónde se sienta el viejo. Desde que recuerdo, desde que tenía yo 8 o 7 años, cuando pasaba por ahí, mi padre se detenía e intentaba darle una moneda al viejo. Este lo detenía y le pedía mejor un pan. Mi padre entonces seguía caminando hasta el expendio de la esquina, compraba dos o tres piezas y me enviaba a entregarlas al viejo. El viejo entonces abría la bolsa, tomaba una sola pieza y me regresaba la bolsa. "Dije UN pan", decía. Y me regresaba el resto. Mi padre sonreía y el viejo aquel solo le dedicaba un saludo militar y nosotros seguíamos nuestro camino. Yo no podía dejar de mirarlo. Y el viejo solo me sonreía.