"And when I'm sick at heart and lowIn my prayers
You still heal me
When I'm so sure, so sure this isn't so
In my complacencyYou still heal me
When I'm so sure, so sure this isn't so
You still shake me
I wonder if you feel the same way as I do
And you'd come back
You still touch me"
Sting, You Still Touch Me
Ya lo expliqué en otro post: me había peleado muy seriamente con este señor de la foto. Siempre dije que tú, dearest B, eras la razón detrás de mi insensatez. Mi pleito con él comenzó por su más reciente CD. Una obra de música bárroca. De canciones ¡¡de la edad media!! Se llama Songs from the Labyrinth. Honestamente, no es mi falta de gusto por la música clásica. Si no que la manera de experimentar me sacó tánto de onda, de balance por que siempre Sting ha sido mi punto de referencia para muchas cosas, dentro y fuera de la música. Que si me cae gordo cuándo se pone en plan ecologista, de acuerdo, que si es un inglesito de lo más insoportable, de acuerdo. Pero me cae de madres si permito que alguien diga algo negativo en contra de su música. O sea, no por nada, pero de plano: sus letras, la manera en que se producen sus discos, la manera en que se combina música y palabras, en rimas o en prosa musical. Mensaje tras mensaje de amor eterno, de eterno desamor, de historias de gente real que hace cosas irreales por el mismo tema: amor o desamor. Cada canción de Sting, desde que recuerdo haberlo escuchado, era post-Police, ha sido una forma chingona de presentar mis sentimientos, de narrar un momento de mi vida. Si intento hacer la lista de sus canciones, necesitaría mínimo 3 posts. Mejor lo dejo así: Gracias, Sting, por que, sin conocerme JAMÁS, has recreado mi vida y sus escenas en tus letras, por que en tu música se notan mis estados de humor. Y gracias a tí, B, por ponerme en contacto con él de nuevo.
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