Saturday, November 22, 2008

Pasos y pasos y pasos.


"Take this sinking boat and point it home We've still got time Raise your hopeful voice you have a choice You'll make it now Falling slowly, eyes that know me And I can't go back Moods that take me and erase me And I'm painted black You have suffered enough And warred with yourself It's time that you won"
Glen Hansard & Marketa Irglova, Falling Slowly


Me baño, me visto; jeans, una camiseta. Me pongo mis Converse. Una sudadera. Es tiempo de salir a la calle un rato, de dejar este huevito en el que mis conversaciones conmigo mismo me ahogan por el silencio en que se llevan a cabo.

Una tarde de otoño en la que el sol cae a plomo pero el aire helado impide sentirse acalorado. Mis pasos me llevan a varios lugares, varias visitas necesarias antes de comenzar con la verdadera inocuidad. En mi cabeza, la llave de mi palacio de la memoria es el iPod. Cargué canciones, de menos, de entre 10, 12 años. Así, mientras camino, te leo lamentando los volantazos que ambos dimos y cómo nos separaron.

Ya sé, parece insistencia y el que insiste, persiste pero, QUIERO DEJAR BIEN CLARO AQUÍ, yo sólo soy tu amigo, me pongo a tus pies, a tus órdenes como Mejor Amigo. Puedes llamarme, escribirme un mail, muchos mails, nombrarme en tu blog, Dedicarme unas palabras, las que sean, de vez en cuándo. Pero no pienses que estoy infeliz, triste títere tirado. No pienses que no he encontrado quién me quiera.

Sí. Ha habido locuras despertadas por mí, personas que han perdido piso. Honestamente, así como me han maltratado, he tratado mal. Y no te preocupes: el Karma ya me hizo pagar toditititito. O, ¿que crees que esta broma de mal gusto, dónde nos encontramos pero no podemos ni siquiera vernos es de a gratis?. Además, ya me conoces, siempre le saco el mayor jugo a todo: me divierto con una corcholata y una caja de cerillos vacía. Encuentro lo chido en un trabajo pesado, feo. Veo las ventajas de ser un asalariado.

Pero, ¿sabes?, todos estos años lejos de tí, supe que siempre entenderías al animal que duerme en mí, a la fuerza de la naturaleza que se debate por erigirse, por salir liberada y cambiar el mundo tal cuál lo conocemos. Siempre hice cosas, pensando en cómo las hubieras disfrutado al compartirlas conmigo. ¿Sabes que escribí un prólogo para un libro?. En realidad es un cuentucho onda Carlos Cuauhtémoc Sánchez pero pues ya vale algo, ¿no?. Es un prólogo. Y pocas, muy pocas personas sabían de esto. Silva, Abarca, mi hermana, mis papás pero ni cuenta se dieron. Mi abuela tiene copia del ejemplar por que lo encontró en una visita a la casa y descubrió el nombre del "prologuista". Algún día te lo enseñaré. Otra parte importantísima de mi recuperación, corrió a cargo de mi maestro Arturo Soto Gómez. Tal vez lo recuerdes por que dio un curso de locución poca madre en la facultad, un año antes de que yo entrara. Él me enseñó a tirarle uno o dos putazos a la poesía pero sabes que eso nunca fue mi fuerte. Pero en esos intentos, descubrí que cada palabra, sin proponérmelo, estaba dirigida a tí. ¿Quieres leer?, a lo mejor te late más este... lo más probable es que te guste más este.

En fin, que creo que lo que quiero decirte en realidad es, NO TE PREOCUPES POR MÍ. Ya te expliqué lo que le pasó a la Mujer Perfecta. Ya te conté a que se dedica, que es de su vida. Si llega a aparecer alguien más, lo siento, sólo será un pobre susituto. Cómo probar la sacarina después del ázucar. Sí, es la neta. Y la verdad. También es la verdad.

Y ya que estoy entrado en estos gastos, quiero pedirte de favor que dejemos de lamentar las vueltas de tuerca que le dimos nosotros mismos a nuestras vidas, que dejes de preguntarme por que no te busqué antes, cuándo tú no lo hiciste. Que si no te busqué yo, tú tampoco diste muestras de querer que lo hiciera. Así que aquí estamos, ahora, cómo sea. De la manera que sea. No te estoy pidiendo nada pero si quiero darte todo. Y así, cómo preguntaste anoche, acepto de corazón todo lo que quieras darme.

Mil besos, B. Que las muertes de tu vida, te enseñen a vivirla sin morirte.

Te Quiero, B.