Thursday, September 29, 2005

Let's Talk About Sex, Let's Talk About You And Me (post 402 y 98 por delante)

Je. Ya no entiendo al mundo. Nada, nada. Tantas cosas cambiaron y me imagino que así se sentía Rip Van Winkle cuando despertó 100 años después. Me explico.
Antes, era común, el hombre era el que buscaba el acostón. Costaba trabajo, una noche de drinks, cena, tal vez cine pero al final era el mismo lugar: la cama. A la mañana siguiente, pum, vistete o bañate y vistete y "al rato te llamo" y "adios, estuviste genial" y "mua mua, smack smack". Y ya. Nunca volvías a saber de la susodicha. Pedo era encontrarte con ella después, cuando tranquilo ibas con TU novia y zas, te la topabas en la entrada o la salida del cine. Si no te hablaba, puf, todo ok. Pero si se acercaba y te hacia la escena y despues tu novia la seguia y entre los dos te la partían... pues ya, no era más que hacerte motivo de las burlas de tus cuates por que, quién sabe como, se enteraban.
Ahora. Menos de diez años después. El free. El quickie. El one-night-stand. Algunas de las nuevas prácticas con las que no estoy muy familiarizado. Al menos la primera, el free, medio la comprendo. Eran los "amigos con derechos". El segundo es la "cogidita" de unos minutillos, el rapidin, pues. Y el último es esa anécdota con la que abrí este post. La aventura de una noche. Y esto es lo que está de moda hoy... entre las chicas "moderrnas". Sí. Se van de copas, a la disco, al café. Seleccionan a su víctima. Se la "comen". Y adiós, Nicanor. O sea que, digan lo que digan, siempre adoptan las costumbres de (listos los jitomates?, nenas, me van a odiar) los superiores hombres o, como nos he llamado, homo machus mexicanis superioris.
Así es, compañeros. Hoy, hemos sido desplazados por esas nenas voraces, salvajes, malditas que solo buscan una noche loca y se acabó. Digo, en teoría no tendría por que haber problema. Después de todo, ¿no es eso lo que idealizamos los condenados hombres?. El problema no reside en que ella insista en pagar la cuenta del bar. No es que ella sea quién nos atiza las nalgadas. No es que sea ella quién llegue al orgasmo y diga "ya terminé" y nos deje ahí, con el equipo al aire y tendidos en la cama para, acto seguido, tirarnos la ropa en la cara y decirnos "ya te vas, ¿no?". Muchos se sienten ofendidos. No entiendo. Ser usados así. Mmmm. No le veo el hard issue. Lo único ofensivo pudiera ser que no te dejaran llegar al orgasmo y así, con los huevos azules, te mandaran a casita. Pero nop. No es ese el problema. Ahora resulta que mis congéneres se sienten utilizados, se sienten maltratados, se sienten insultados. Yo acabo de vivir una experiencia similar. Y no me siento ni utilizado ni mal ni depre. No. Au contraire, Pero si me hubiera gustado una explicación. Un aviso. Así, no hubiera estado de pendejo marque y marque, mandando mensajes, escribiendo en el messenger y, en general, quedando como un anticuado pendejo. Violeta, no me disgustó ser tu juguete de una noche, tu dildo desechable, tu consolador de un ratito. No, mon amour. Au contraire. Pero, tienes que entender. Los hombres, al contrario de las mujeres, necesitamos ratificar que somos buenos en lo que hacemos, que valemos la pena, no tanto cariño sino un "guau, papasote, estas regueno". O sea que si te llamaba y esperaba me respondieras, era sencillamente para que repitieras la experiencia y así sentirme yo un garañón. Un semental, un actor porno. No por que te acose para que me digas que me quieres o que necesito de ti o esas cosas. No. ¿Ya, entendido?. Bien. Ora resulta...
Merci beaucoup, mes lecteurs.