Friday, October 14, 2005

Luna Que Escurre Miel (o algo asi...)

-Para Judith Felina, a ver quién gana el reto Pepsi

La caminata a la luz de la luna, en esa playa vacía, no hace más que revelar lo que ambos saben: el amor se siente entre ellos. Se nota, se ve. Las manos entrelazadas, las miradas cruzadas, los suspiros. Hay quienes envidian el amor y el romance y arrugan la cara y se alejan en cuanto los ven venir. Hay quienes murmuran a su paso: parece cuento de hadas que dos personas se amen así. Hay quienes solo comparten esa sensacion, esa descarga electrica de amor.
La luna se posa sobre ellos. Y su historia no fue fácil. No. Si se escribiera sobre estos seres que se aman, sería una épica semejante a la íliada o a la odisea. Romeo y Julieta no sufrieron tanto como esta pareja. Pero aún así, se mantienen juntos. Y esa, para ellos, es la prueba más grande de que deben estar juntos.
La luna parece no querer desaparecer del cielo esta noche, como si solo quisiera estar con ellos, iluminar su camino, darles el mismo calor que el sol y, de paso, ser testigo de lo que pasa entre ellos. Y no se va. Los acompaña. Hasta que el sol la comienza a empujar para que se vaya. Y aún así, la luna comparte con el sol el espectáculo del amor.
La luna los deja. Se va. La oscuridad deja paso al rey sol. Y el encuentro de los cuerpos, de los labios, de las miradas al amanecer. Y en ese espacio de tenue luz que comparten sol y luna, estos dos seres se sienten iguales. Y lo son. Uno para el otro. Y si. Realmente uno para el otro. Samuel y Leonardo, siempre juntos. Por siempre. Y la Luna derrama más miel.