Monday, October 10, 2005

Bob Guijarro vs Los Metrozexuales 3: Mi Vida Heterosexual (post 416)


A la izquierda, la noche IDEAL de un metrosexual. A la derecha, la noche REAL de Bob Guijarro. Por dios, Hombres. ¿Que les esta pasando?. La realidad es esta: llega uno tan cansado de trabajar que una persona NORMAL, no puede tener humor de pintarse las uñas, de echarse cosas en la cara, de depilarse lo indepilable. Me explico.
Yo trabajo de las 6:30 a.m. hasta las 10:00. De ahi, una que otra cosa hasta las 13:30, hora en que regreso a la radio. Salgo a las 16:00. Normalmente, tengo que preparar las producciones del dia siguiente pero una vez que standarizas las cosas, pues es pan comido. Asi que, real y neto, mi dia laboral termina entre 8 y 9 p.m. De ahi, a ver American Chopper, lo que haya en la tele que me saque de la cabeza los corajes y demas tonteras... Imaginense que, encima de todo, anduviera yo dedicando una hora a ponerme en la cama bronceadora, una hora a pintarme las uñas, a limarme las de los pies, a revisarme el corte de pelo y estarlo emparejando. Bendito sea, no necesito eso ya que, por suerte, camino mucho en la calle, asi que normalmente, me veo requemadito. No parejo pero--- ¿Quien se fija?. Digo, a menos que esos weyes nomas estén checando al vecino. Un momento. Sí, sí lo hacen. Parecen nenas, en serio. Yo no me preocupo si mejor amigo trae una camisa que no combina con sus calzones o con sus calcetas, yo no me fijo si su corte de pelo fue de catalogo de hace 6 meses. Me vale si el estilo de sus zapatos tiene 3 días que dejó de estar de moda. Un hombre de verdad, hombre, hombre, no cuenta calorias: cuenta historias de como se ligo a todas las viejas de su salon de clases, de como se madrea a 6 cabrones estando el bien borracho, de como hace trampa y media y así logra duplicar su sueldo. No, no es muy bueno pero eso es ser un hombre. Ser un hombre es coser los pantalones rotos con grapas. Ser un hombre es comerte un pedazo de pan después de que se te cayó al suelo. Pero sobre todo, ser un hombre, hombre, hombre, es saber mirar más allá de las portadas, de la superficie, es saber encontrar en las mujeres ese punto (no, no el G) que las hace querer llorar y reír al mismo tiempo. Y yo, sin presumir, soy un hombre, hombre. ¿Estamos?.