Monday, October 17, 2005

Aquel Caminito Colorado

Para Felina... por que a pesar de todo, en mis peores momentos, escribo mejor... según yo...

La gente que seguía pasando por ese lugar jamás tendría la más mínima idea de las historias, de los cuentos, de las leyendas y verdades que se dieron lugar ahí. Tal vez estuviera lleno de polvo pero ese camino... ese camino era la entrada y salida a demasiados lugares.
Ahí están, sobre aquel gran árbol, las iniciales de aquellos enamorados a los que la guerra separó. O aquel riachuelo en donde tantas veces el cazador y sus perros se detuvieron a calmar su sed. O ese sendero que los que llegaban al pueblo tenían que recorrer antes de que existieran los autos. O ese mismo que recorrían después de decir adiós a la novia y a sus padres.
Ese camino. Sobrevivió la gran renovación del pueblo, hace 25 años, después de que pavimentaron todos los jardines. Sobrevivió a la gran fábrica y al gran incendio. Sobrevivió a los gobiernos y a las revoluciones. Y hoy, solo una persona conoce ese caminito colorado. Solo alguien que todos los días por simple placer camina una y otra vez el sendero, sube y baja, va y viene, parte y regresa. Y siempre va cantando, despacito, despacito, esa misma canción. "Por estar contigo, por estar contigo, si fueras caminante, yo sería camino...". Sus ojos buscan, a lo lejos, al lado, arriba, en la colina, abajo, en el valle, allá, en el arroyo. Y no encuentran.
Y es que ella partió hace casi treinta años. Una noche de lluvia. Por este mismo camino. Se fue y prometió volver antes del amanecer, como siempre. Y no lo hizo. Y dicen los que vivieron en ese entonces que fue por que ella era la hija de un sargento pobre, pobre y él, el hijo del general poderoso. Y cuando el padre de él se enteró de la verdad, capturó a la hija, fusiló al sargento y castigó a su hijo, mandándolo a pelear una guerra que no era la suya. Y después de 4 años, el muchacho regresó a este sendero, habiendo perdido mucho más que un amor: la vida entera. Y este caminito colorado, al final, entre tantos cuentos y leyendas e historias y anécdotas y mitos y fábulas, solo tiene algo que decir: "En mí, los amantes se encuentran exacto a la mitad, ni más allá ni más acá... siempre justo a la mitad..."