Monday, March 06, 2006

Mil Vidas, Una Sola Verdad...

La siguiente es una historia que presentare a ustedes, poco a poco, conforme vaya terminando cada parte, sea capitulo o parrafo. Se me ocurrio como regalo de cumple para alguien. Pero ni la termine a tiempo ni ese alguien esta cerca. Asi que os la dedicare, con sumo placer, a todos ustedes. Con carino, Bob.


1.-
Debo admitirlo; la más divertida de mis vidas fue la numero 17. Por muchas razones. Rompi todas las reglas, no sufrí ninguna clase de castigo y sobre todo, por vez primera en mis 16 vidas pasadas, me pude acercar a ti.

La primera vez que te vi, fue en mi tercera vida, hara unos... 5 siglos, 5 y medio, Cristóbal aun no partia a America, la verdad, a sugerencia mia, que siempre, después de tomarme unas jarras, hacia yo unos desastres divinos. Tu eras una bella cortesana. Tus ojos, tu sonrisa y tu risa me cautivaron. Y me di cuenta que eras identica a mi. Ibas y volvias a voluntad. Subias, bajabas, entrabas, salias a como querias. Igual que yo. Somos lo que los poco entendidos y filosofos llaman "espiritus libres". Y desde entonces, me enamore de ti. Me propuse encontrarte y hacer que te enamores de mi. Y llevo 12 vidas persiguiendote.

Esa primera vez que te vi, cuando te conoci, eras castana, tenias los ojos mas grandes, verde-olivos, y una risa demasiado perfecta para esas epocas. Quise bajar de la carabela, pero uno de los Pinzones me lo impidio. Sobra decir que no le volvi a dirigir la palabra en todo el viaje ni cuando, recién bajados a tierra, todos nos abrazamos, excepto yo a él. Ni me le acerqué. Nadie se dio cuenta pero tres meses más tarde, obsesionado por pensar en tí, le jalé la cola a un jaguar y me dejé comer. Cuándo estaba allá arriba, buscándote, me enteré que no tenía mucho que habias estado allá pues te habías enfermado. Pero ya habias bajado. ¿A dónde?, nadie sabía con certeza pero tenian tu descrpción. Como tantas vueltas, tantas subidas y bajadas y tantas aventuras acá abajo me habían dado algo de experiencia, descubrí que estabas en América. Y no me gustó el nombre que habías escogido. Para cuándo llegué a Europa, me di cuenta que me había equivocado. Así que organicé de nuevo una expedicion para ir a encontrarte. Y para cuándo anduve en America, encontré que eras hija de un jefe indio, lo que costó que casi me mataran. Tú intercediste por mí. A cambio, le regalé armas a tu tribu. Luego, durante un terrible accidente con pólvora (desventajas de fumar en momentos poco oportunos...), me regresaron a Europa. Tú te quedaste atrás, enfermaste de viruela y moriste. Y no te encontré. Ah, sí, tu nombre que no me agradó: Pocahontas. Yo escogí John Smith para no llamar la atención. Tardé mucho más que tú pero al final subí. Llegué varios minutos tarde y tú ya habias vuelto. Mientras bajaba de nuevo, investigué sobre tí. Eras ya una fama, como yo. Pero tus hermosas travesuras eran ya demasiado famosas. Conoces la Venus de Boticcelli?, bueno, pues según me contaron, estuvo inspirada en tí. Asi, mi persecución tardaba demasiado por que yo no te podia explicar que eras para mí y cuando podía, tú ni hablabas mi misma lengua.