Tuesday, October 12, 2004

El Mundo Secreto de Bob Guijarro... Sin Censuras

Oh, si. Por si se lo han preguntado alguna vez y, aunque no lo parezca, el Bob Guijarro fue un tipo con un enorme ego que se dejó dominar por el lado oscuro de la Fuerza. Llegué a tales extremos, que me atreví a rechazar a niñas que, desnudas y dispuestas a todo por mí, tenían pies que me disgustaban. ¡¡Pies que me disgustaban!! ¿Y quieren saber la peor parte?, nunca he sido fetichista, pero a ese grado llegaba mi estupidez. Si, después, en la época de la Radio, cuándo su servidor se convirtió en una semi-celebridad (la verdad, nunca he sido bueno para mostrarme en público y una parte muy buena de trabajar en Radio es que no todo mundo te conoce así que podía hacer todas mis barbaridades en relativo anonimato) podía darme el lujo de tener una chica distinta semana tras semana (tengo una teoría que dice que Diosito te ha destinado X numero de mujeres para toda tu vida… y como yo casi me acabé todas las mías en esa época, pues así justifico el estar solo hoy… y mañana… y pasado… y el día después…). Sip. No todo en la vida del Bob Guijarro ha sido chicas ingratas que sacan lo mejor de mí y se lo llevan para siempre. Por ejemplo, está AL, la chica del Rancho Grande. Me la presentó mi amigo Alex, por que era amiga de su esposa. Para no alargar la historia, un fin de semana fuimos a bailar, me gustó, le gusté y para terminar pronto, el lunes ya la tenía llamándome dos o tres veces al día a la Radio para que le dedicara canciones y le enviara saludos. Sobra decir que como buena ciudadana de Rancho Grande, AL tenía lo suyo. Es decir, un cuerpazo tremendo. Por supuesto que sólo fue cuestión de tiempo para que lograra encamarme. Y al decir tiempo, hablo de horas. Ella vivía en uno de esos lugares para estudiantes por lo que era casi imposible quedarnos ahí. La oportunidad vino un fin de semana feriado que sus amigas le encargaron un departamento que rentaban. Es decir, estaríamos solos 3 días. Llegó la hora de la verdad y para llegar al departamento, no me podía ni aguantar yo solo. Toco a la puerta y zas!, una ninfa envuelta en bata transparente (digo, las rancheras se guardan lo suyo, nomás que no lo hablan). En resumen, dos horas después no me podía ni levantar. Pero ni falta que hizo. Como buen gigoló internacional, ella me preparó de comer, de cenar y de desayunar. Por supuesto que el colmo de males vino cuándo AL se obsesionó. A pesar de haberle yo puesto bien claras las reglas de MI juego, ella quería jugar el suyo. Y comenzó a llamarme a todas horas a la oficina, a mi casa, si no estaba yo, hablaba con quién le contestara y le decía que ingrato y que maldito era yo. Por supuesto, todos lo sabían. Su legado más grande fue dejar en mis amigos y mi familia una pregunta que siempre que me enredo con quién no debo me hacen invariablemente: “¿Pues qué les das?”. Roberto, 100% Puro Roberto, sin edulcorantes, saborizantes, colorantes, narcotizantes, aromatizantes ni nada desde antes. Y creo que con eso basta. Después de un par de semanas, por fin pudimos hablar sin que ella me hiciera el drama de todo lo que me había dado (TODO lo que me había dado). Y al final entendió que el Bob Guijarro no es el hombre de las mujeres que lo quieren sino el de las que no lo quieren y así será siempre. ¿Te imaginas, AL, si me hubieras rechazado?, NUNCA hubieras ocupado un lugar en mis memorias menor a una sola página, tu nombre hubiera estado en mi pared de Imposibles de Oro (de hecho sí, tu nombre está pero en Revolcones de Oro, página 616, vol-214… ja!, apenas si llenaría tres partes del encabezado de una hoja media carta si contara a todas las que han sido mías en realidad… oops, lo siento, de verdad perdón a mis amigas feministas pero SI, el Bob Guijarro también ve a MUCHAS mujeres, no a todas, como simples objetos sexuales). Anyway, AL, sé feliz, cuida a tus dos niños (oh, si, se casó a los pocos meses de terminar conmigo, como muchas lo han hecho… desde Alma hasta Bárbara), cuídate tú y cuídense todos.