1.- No se ha entendido a bien la nueva actitud del Bob. (Muy probablemente por que NUNCA escribí acerca de mi epifanía, mi revelación)
2.- No existe mucha aceptación por parte del "amable" hacia la nueva actitud.
3.- No encuentro ahora demasiadas razones ni causas para poner en tela de juicio lo que pienso ahora y como lo hago. Sí, a lo mucho, exponerlo y dejarlo a la vista.
4.- Repetir, sin afán de ofender ni molestar, que a partir de ya, con carácter de URGENTE, me VALE PURA MADRE, PURO CUERNO Y PURA VERGA todo lo malo que venga de la gente. Es decir, sí existen quiénes ya no toleran cargar con culpas y pedos ajenos, con toda su justificada razón (Sí, lo digo por tí pero entiende: admiro esa nueva actitud por que está muy de acuerdo con la mía), yo, YO no tengo por que tomar a pecho las críticas ni mucho menos permitir que penetren en mi ánimo ni me afecten en mis días.
MI REVELACIÓN
Todo comenzó unos días antes de mi cumpleaños número 32. Comencé, como cada año, mi reflexión acerca de quién soy y dónde estoy y dónde quisiera estar y que me falta por hacer y que he hecho mal. Y llegué a la conclusión de que sí, en efecto, he cometido cientos de miles de errores, de fallas, he defraudado a mucha gente... pero más importante, ME FALLÉ A MÍ MISMO. Y ahí decidí. Darle a las cosas la importancia que realmente tienen. No más perder el tiempo lamentando la falta de un alguien especial, la no existencia en mi vida de alguien con quién tener y sostener una bonita relación. I mean, a final de cuentas, tengo buenos amigos, tengo un buen trabajo, tengo a mi familia, tengo mi salud y al fin aprendí que soy capaz de amar, fuerte o débilmente pero al fin de amar... ¿que más puede importar?. La respuesta llegó: NADA. Simplemente caminar por esta vida. Y aprender y olvidar, perdonar, disfrutar todos y cada uno de los minutos, ver bien claro el amanecer, el atardeer y dejarme acompañar cada noche por el fantasma perdonado de mis errores y la gloria de mis cotidianos trinufos.
Encontrar el perdón que necesito en cada palabra. Y saber que igual que como yo a veces no me puedo sentir bien, tú tampoco te sientes bien pero con una gran diferencia: ACEPTO lo que soy y lo abrazo. ACEPTO lo que no soy y vivo en paz con ello. Tomo las cosas buenas de cada persona que conozco y trato de ponerlas en práctica en mi vida pero también tomo las cosas malas e intento no repetirlas. Vivo solo pero rodeado de tanto amor que está en el aire. Miro como testigo las historias de muchas personas que no tienen idea de que están siendo observadas. Vivo como un niño, asombrado a cada paso, ansioso de aprender cosas nuevas cada día. Vivo a mi ritmo, vivo como quiero sin juicios ni veredictos. Vivo con lo que me queda de felicidad en el corazón que ya regalé demasiadas veces a demasiadas personas que no merecían ni la mitad de ese cariño, ni mío ni de nadie. Y vivo con ese pedacito de felicidad, suficiente para hacerme sonreír todos y cada uno de los días que me queden de vida, hasta el útlimo aliento. 
Pero también vivo con la capacidad de saber que puedo cerrar la puerta a quién nada más viene a joder, a quién intente tomar las cosas buenas de mí sin merecerlas por que sí, tengo mucho que dar pero no puedo gastarlo, desperdiciarlo en todo el mundo. Y a eso me refiero con olvidar y perdonar, simply put, let go. Eso es lo que quise decir con el Regreso Al Templo Jedi. Al Equilibrio Entre Luz Y Oscuridad. Saber que soy una buena persona pero cuándo se requiere, puedo sacar al auténtico hijo de perra que normalmente duerme en mí.
Y tal vez por eso es que se siente y se respira cierta agresividad aquí pero creánlo, no tiene nada que ver. Es simplemente la furia de querer volver a vivir a full, a toda velocidad, es la energía de querer volver a comerme el mundo entero en tres mordidas, es el sueño de llegar a dónde nadie llegó jamás y hacerlo yo, YO, solo, acompañado, viejo, joven, pero hacerlo, llegar allí, sin arrepentimientos, sabiendo que TODO lo que hice, fue por una razón. O tal vez por ninguna. O tal vez por todas, pero LO HICE YO. YO fui el responsable de mi vida, de mis sueños, de mis triunfos y de mis fracasos. Quién quiera treparse a este tren, órale, todavía hay un chingo de asientos, podemos compartir el viaje. Pero sepánlo, antes de subir: no hay paradas, es un viaje genial, sin escalas y por fin podrán conocer a la persona más importante del mundo entero, a esa persona que NUNCA ha dejado de estar con ustedes pero a la que siempre han dejado a un lado: A USTEDES MISMOS. Yo ya aprendí a conocerme, quererme, aceptarme, tolerarme y apoyarme. ¿Y tú?. ¿Cuándo piensas comenzar?.
Epílogo:
Es simple. La vida no se detiene. ¿Por que uno sí debe de hacerlo?.
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