Tuesday, October 24, 2006

Verbos Deliciosos Y Sabrosos


Como en la vida misma, hay palabras que sin quererlo resultan apasionantes, encierran un misterio único cuya sola evocación nos lleva simplemente al fondo del placer o del desastre.
Lamer, que en francés sería "la mar", resulta irónico por que escucho la palabra y me remito al húmedo misterio que encierra la oscuridad de hundirme entre tus piernas con toda mi humanidad de por medio. Lamer es saborear todas y cada una de tus pulgadas cuadradas y ser conquistador conquistado por los terrenos, vírgenes y explorados que encierra tu geometría geográfica. Lamer es probar lo que nadie probó antes de mí por que nadie te saboreó tus rincones con tanta ansiedad e intensidad, con tánta desesperación y obstinación. Lamer es encontrar a que sabes cuando nadie sabe lo que sé que tú sabes y que yo ya sé a que sabes.

Como los dos lados de la moneda, siempre que escuchamos coger nos sonrojamos y cuándo cogemos nos sonrojamos pero creo que simplemente escuchar el verbo "coger" es más sonrojante que la vista de una cogida. Coger es agarrar, sujetar, tomar, poseer, hacer tuyo un cuerpo. Coger es casi como comer, devorar el más delicioso manjar, probar entre los dedos de las manos y los pies el delicioso platillo de la inocencia perdida a propósito, con ganas de perderla, con deseos de desear perderla. Coger la lujuria de la mano para coger un deseo por los pies y coger un sueño por las piernas. Coger un momento de aire y desaire, coger una noche entera de sueños sin cumplir para cumplir los sueños de coger. Coger para procrear un nuevo deseo de vivir, coger para crear un nuevo instante de ganas de coger, para crear una memoria de coger.

Amar puede ser tan sucio como como desamar, como coger, como lamer. Y en ese tono, amo tu lamer, tu coger y tu amor.
Te Amo. Simplemente te amo como amo tu puerco cuerpo y tu puerco coger y tu puerco coger que limpian tan a fondo mi alma y mi cuerpo y limpian mis deseos de cogerte, lamerte y amarte.