Saturday, December 29, 2007

2007, Good-bye, Miss American Pie, 2007, Good-bye, good-bye



Comencé este año sabiendo que habría pérdidas. Muchas. O más bien, muy fuertes, muy dolorosas. Pero no contaba con perderme un poquito yo en medio de todo el torbellino. I mean, comencé sintiéndome fuerte, seguro, confiado. Tranquilo. Y me di cuenta, one more time, que ese es el peor de mis errores, dar por sentadas ciertas cosas. Y es que es terrible aprender que NUNCA terminas de eso, de aprender. Que siempre hay gente que tiene lecciones para ti, que puede enseñarte a volver a querer, a volver a sentir, a volver a abrirte de capa. Que siempre hay lecciones ocultas en cada dia asi que, en resumen, para mi fueron 365 lecciones. Y este 2008, serán 366.

Aprendí a tener paciencia otra vez, sacándola sabe Dios de donde, aprendí a respetar MI PROPIA FE, mis creencias. Aprendí que Te Quiero no siempre son las palabras más usadas y que, dichas en el momento adecuado, pueden cambiar, definitivamente, el curso de una relación (amistad, familia, etc.). Aprendí a aprender, pues.

De cosas buenas, 2007 me deja bastantes. Muchas. Amistades preciosas. Relaciones útiles. Consejos, guamazos, todo, TODO me sirvió para darme cuenta que, en primer lugar, SOY SÓLO HUMANO. Lo demás a veces sobra. De cosas buenas, recuerdo con sonrisas, esa laaaaarga caminata por la Alameda Central con todo y sus fuentes verdes, el silencio cómodo hasta arriba de la Latino, el abrazo que no me dieron por el que dirán, las palabras siempre de cariño. La sorpresa de la hermosura en una tarde de viernes lluviosa, la experiencia comprimida en 1.50 y tantos de estatura, que a veces necesita más cariño del que da... y se lo merece. Si, TE LO MERECES. Recuerdo también las palabras de admiración dichas entre cervezas, las sorpresas de saber que gente sin cerebro tiene mucho corazón. Recuerdo el susto de saber que soy amado a pesar de que no se saben ni mi canción ni mi color ni mi comida favoritas. Recuerdo los adioses, las partidas, mi cobardia ante ellas, mi falta de valor para no abrazar mas fuerte y sobre todo, que este 2007, en verdad, APRENDI A DEJAR IR. Que los recuerdos se queden ahí, donde se necesitan, para llorarlos, reírlos o simplemente gozarlos.

Pero, sobre todo, TODO, este 2007, me deja un año más viejo. ¿Y saben que?, un año más sabio, más paciente, más maestro sin experiencia y más alumno sabelotodo. Más respondón, cínico, caradura, querendón, valemadres. Un año más. Y el que viene, venga. Tengo la paciencia para saber el momento exacto para sacar el sable de luz y pelear por lo que quiero. Con todas mis fuerzas. Digamos salud, pues, y mi mayor deseo es que todos ustedes terminen 2007 igual. Para que 2008 nos pele los dientes y nos quede guango. Un abrazo con cariño. De verdad.