Sunday, February 25, 2007

De Vuelta Por El Vecindario...

Después de un descanso blogueril involuntario, más por causas de trabajo que otra cosa, estoy de regreso. Y, a petición de alguien genial, intentaré hacerles sonreír con las más recientes travesías ocurridas en mi trabajo. Va que va. Me explico.
Además de los elegantes personajes que ya les presenté en ocasiones anteriores, debo añadir unos más y hacer ciertas correciones. Por ejemplo, el Conquistador infumable será conocido a partir de ahora como Don Juan 1970, motivado esto por que me temo que fue más o menos por esos años que este tipo hizo su última conquista femenina. El Ingeniero Inventariador, mi jefe, será ahora Mr. ¿Que-demonios-hago-yo-aquí-si-está-no-es-ni-mi-área-ni-mi-carrera? o, simplente, Desubicator. Añadan a esto al Químico Capturista, el Contador Pedorro y a los Sindicalizados o "Ellos" y tendrán la mezcla más bizarra de personajes, dignos de novela de Agatha Christie o cinta de Hitchcock, juntos, casi casi se huele el crimen.
Cada día comienza casi igual, como Desubicator vive entre mi casa y el Almacén, pues ya es costumbre que pase por él para, 1) despertarlo y 2) hacerle la barba para quitarme un poco de responsabilidades de encima. Ninguna de las 2 funciona hasta ahora. LLegamos a la oficina por ahí de las 9, 9 y 1/4, recibimos las indicaciones para el día por parte del Contador Pedorro y aprox. de las 10, vamos partiendo hasta el Almacén Estatal. Explico: Hay 2 Almacénes de Salud, el Central que es el más conocido y el Estatal, a espaldas del Albergue Tutelar o Reclusorio Junior. Mi área es este último. Para llegar hasta el Estatal, tenemos que atravesar, prácticamente, toda la ciudad. Además, está a la salida de Chilpancingo, sobre la famosa e inservible Autopista del Sol. En el camino, las clásicas "burocrateadas" florecen. "'Amos por el almuerzo". Eso si que es indispensable. Un burócrata sin almuerzo mercadero es como una mujer sin maquillaje: simplemente no los reconoces. Ahí perdimos ya oooooooootra hora más y a las 11 a.m. es cuándo hacemos nuestro arribo triunfal al Estatal, listos para perder valiosas horas de trabajo y hacerle perder su tiempo a quién si tenga que hacer. Digo, aclaro, yo no me meto mucho en esa dinámica y para no ser blanco de críticas, me quedo en segundo plano. Pero, por alguna razón, siempre me hago notar y me tienen entregando materiales, medicamentos y mobiliarios, además de recibirlos. Me han itentado apodar de diversas maneras, Pelos de Gato Bodeguero, ChicoPan (por aquello de Chico Panzón) y el que de plano se quedó, simplemente el Güero. Nota: si quieren ponerle a alguien un apodo para siempre, debe cumplir con estas dos condiciones: una, hacer encabronar demencialmente a quién lo reciba y dos, representar integramente su personalidad en un máximo de tres adjetivos. Así, he sido yo quién, modestia aparte, pone los mejores apodos: el Chica Trom (por la chica Trompota que se avienta...), el Bigotes de Perra Tuerta, el Tata y otros más. Ahora, como en todo, el personal que laboramos allá, estamos divididos en dos categorías: administrativo y operativo. Yo soy administrativo pero me gusta jugar al operativo de vez en cuando nomás para no entumirme. O sea, administrativo es el que calienta la silla todo el día y operativo es el de la chinga. Como mi función o título es Auxiliar de Entrega y Recepción, pues mi obligación es esa, ver que los proveedores entreguen correctamente lo que dicen sus facturas y que los camiones de distribución se lleven lo que las respectivas salidas marcan.
Este trabajo, con todo, tiene sus momentos malos. Por ejemplo, es realmente deprimente ver como a pesar de que los tiempos y los personajes cambian, las costumbres no, pues hace muy poco tiempo, nuestro Señor Gobernador se puso a recorrer las regiones de la Costa Chica y la Costa Grande (o sea, una es de Acapulco a la izquierda y es un tramo relativamente pequeño que colinda con Oaxaca y el otro es más largo y termina pegando con Michoacán) y antes que se diera cuenta de que tánto los hospitales como los Centros de Salud están requetejodidos, nos mandaron a entregar mobiliario que tiene en estos almacénes cerca de 10 a 15 años... nomás. Fue una aventura, amueblar todo eso, cerca de 75 u 80 instalaciones en menos de 10 días. Y unas de estas comunidades se encuentran la Sierra, lugares a no menos de 7 horas por brechas intransitables que aún con todo, tenían que ser transitadas. Lugares dónde ni de broma entra el celular, a duras penas hay electricidad y ni que decir de Telmex... eso sí, sin nada que comer pero felices de tener el Canal de las Estrellas y el Sky con su surtido rico de idiotizantes programas. En fin, que logramos terminar el plazo con unas cuántas horas de ventaja (cuenta la leyenda que en uno de estos Centros de Salud, se terminó de pintar 15 minutos antes de que el Gober hiciera su entrada).
Ahora, las costumbres y usos de los burócratas tienen ciertas ventajas que yo jamás había explorado ni probado. Por ejemplo, los fines de semana son míos, míos míos y de nadie más (por ahora...)l, cosa que es irreal por que hace aaaaaaaños que no podía darme el lujo de quedarme a almorzar un sábado en mi casa, a ver programación insulsa sabatina, a dormitar frente al televisor todo el día, a bañarme pasadas las 12 del día. Pufffff. Otra es la seguridad del pago. Ya no andar pensando que, como esta semana no cubrieron las cuotas los clientes, ya valimos madres. Nop. Ahora soy fan de las quincenas. Y mientras tanto, creo que por ahí se están forjando lazos amistosos verdaderamente interesantes. Desubicator y el Químico Capturista se han convertido en muy buenos amigos míos. En fin, que veremos que sucede. Por ahora, todo está bien en el Reino del Bob y todos duermen en paz esta noche. Ahí nos veremos más adelante.
He dicho.
PD: Estén pendientes por que en el Blog Sin Nombre estamos preparando muchas, muchas sopresas. Viene un especial de los Oscares, una serie de sketches y muchas cosas más.