Estoy sin teléfono celular. Por eso, pido disculpas a quiénes me han mandado mensajes y me llamen y no reciban respuesta. Y ahora sí, tengo que comenzar.

Cada determinado tiempo, llega a mí una cierta sensación de frustración e impotencia ante las cosas que no puedo cambiar y mi manera de enfrentarlas. Y ahora estoy ante una encrucijada nuevamente y mi Hannibal no me sirve, el Jack Bauer tampoco. Y el Bob normal, ese que conocen ustedes del día con día, es aún más inútil por que él es el más afectado por esta situación. Me explico.

Mi trabajo va genial. Excelente. Estar encerrado a cuatro kilómetros de la ciudad, aislado del resto de la gente, cargando cajas, descargándolas, moviendo cosas, subiendo, bajando, etc., me hace sentir como el superhéroe caído que se esconde del resto del mundo. Pero aparte de eso, es esta nueva etapa de simplemente vivir, de dejar detrás cada día que no me aporte nada nuevo, de dar cada paso hacia adelante sin pensar en el anterior, de vivir y vivir nada más.

Ahora bien. La parte "mala". Mi mejor amiga se me va. Y en estos últimos días, he comenzado a comprender las cosas. Ella es The One. Ni Citlalic. Ni nadie más. La tuve a mi lado todos estos años y no lo vi. Hasta ahora.

|